Los centros de votación abrieron este martes en el noreste de Estados Unidos para dar paso a una jornada electoral en la que se espera participen millones de hispanos.
Se calcula que 12,2 millones de latinos podrían acudir a las urnas, según datos de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados, lo que representa un aumento del 26% en comparación con los 9,7 millones que lo hicieron en las elecciones presidenciales del 2008.
Grupos comunitarios y organizaciones de todo el país se han esforzado durante meses en movilizar a los electores hispanos y registrar a los que pueden votar, ya que los niveles de participación de este grupo no son muy altos, pero su voto es clave en la contienda.
En muchos estados también se escogerá a gobernadores y miembros del Congreso, tanto a nivel estatal como federal. Otros decidirán además si adoptan distintas medidas locales: En Montana, por ejemplo, se votará a favor o en contra de demostrar la ciudadanía estadounidense para recibir prestaciones estatales, mientras que en Maryland se considerará si jóvenes inmigrantes no regularizados deberían pagar los mismos costes universitarios que los estudiantes del estado.
Gran parte de la atención se concentrará en zonas como Ohio, Florida o Colorado, donde el voto no está definido y podría decantar la balanza entre demócratas y republicanos.
Más de 30 millones de personas han votado ya de forma anticipada en 34 estados y el Distrito de Columbia, según los cálculos de Associated Press.
AP