La convocatoria se hizo a través de las redes sociales por argentinos descontentos con el gobierno que supone un nuevo desafío a la mandataria en menos de dos meses
BUENOS AIRES. La presidenta Cristina Fernández se enfrentó el jueves a un nuevo cacerolazo en Argentina en contra de su gestión en un marco de crecientes tensiones entre oficialistas y opositores sobre el verdadero alcance y significado de la protesta.
El cacerolazo que fue convocado en las redes sociales por argentinos descontentos con el gobierno supone un nuevo desafío a la mandataria en menos de dos meses. El 13 de septiembre fue el primero de carácter masivo contra el gobierno en la capital argentina y otras ciudades importantes del país.
La presidenta fue reelegida con un contundente apoyo del 54% hace poco más de un año, pero varios sondeos de opinión muestran que se produjo una merma de su popularidad. La consultora Management & Fit difundió una encuesta realizada en septiembre a 2.259 personas en todo el país en la que 60,6% desaprobó la gestión presidencial, mientras que 30,6% la aprobó y 8,8% no contestó.
Fernández se defiende
Fernández no se refirió a la manifestación en su contra en un acto oficial que encabezó el jueves en los alrededores de Buenos Aires. Pero defendió su gestión y la de su fallecido marido y antecesor Néstor Kirchner (2003-2009). “En épocas de bonanza es fácil dirigir un país, pero hay que dirigirlo cuando todo se venía abajo, como en el 2003, en el 2008 o en el 2009″, sostuvo al aludir a la situación de crisis en la que el ex mandatario asumió el poder y las dos posteriores crisis globales que tuvo que sortear ella.
Además instó a “no aflojar nunca, jamás, ni en los peores momentos… porque en los peores momentos es que se conoce a los verdaderos dirigentes de un país”.
Oposición apoya cacerolazo
La oposición, que sufre una crisis de credibilidad, se ha manifestado a favor del nuevo cacerolazo, que vaticinan será más masivo que el del 13 de septiembre, particularmente en Buenos Aires. Algunos de sus dirigentes han señalado que no asistirán a la protesta para no extraerle el carácter espontáneo que le adjudican.
El jefe del bloque de senadores de la opositora Unión Cívica Radical, Ernesto Sanz, respaldó la manifestación al afirmar a medios de prensa que prefiere “toda la vida una sociedad movilizada y no una sociedad anestesiada”.
La contadora Mariana Torres, una de las convocantes del cacerolazo en las redes sociales, dijo a The Associated Press que los manifestantes buscan que el gobierno preste atención a sus reclamos. Pero aclaró que las quejas también van dirigidas a la oposición. “La gente no se siente representada por nadie, es un reclamo para todos. Le están pidiendo a la oposición que surja y al gobierno que los escuche”, señaló. AP
Sin luz
Algunos barrios de la capital seguían el jueves sin luz tras el apagón que afectó a 850.000 usuarios en medio de una ola de calor en la que la temperatura trepó a los 36 grados centígrados. Cientos de personas salieron a la calle a golpear sus cacerolas indignadas por el corte que las distribuidoras eléctricas Edesur y Edenor atribuyeron a la caída de dos líneas de alta tensión.