Richard Noel Bracho Contreras, de 22 años de edad, y Eduardo Antonio Burgos Pulido, de 25 años, se encontraban en una calle de la urbanización Terrazas de Guaicoco compartiendo con varios amigos hasta altas horas de la mdrugada de este sábado. Al lugar se presentaron dos hombres, discutieron con ellos, los robaron, y les dispararon
Los cadáveres de Richard Noel Bracho Contreras, de 22 años de edad y Eduardo Antonio Burgos Pulido, de 25 años, estudiantes de Derecho de la Universidad Santa María, quedaron tendidos en la calle de la urbanización Terrazas de Guaicoco, en la zona industrial de la carretera Petare-Santa Lucía al amanecer de ayer. Una reunión de amigos para beber licor y escuchar música en una calle, concluyó este sábado con un dramático hecho de sangre.
La zona industrial de la Petare-Santa Lucía escenario del doble homicidio, se había convertido en un centro público de reunión para universitarios que al salir de clases se iban a beber licor y escuchar música en sus vehículos. Ese fue el motivo que llevó a los estudiantes al sitio donde fueron asesinados cuando compartían en medio de un nutrido grupo de jóvenes.
En un recodo de la zona industrial, a pocos metros de la entrada al conjunto residencial Terrazas de Guaicoco, estacionaron sus vehículos y dejaron algunos prendidos para amenizar con música el encuentro.
Vecinos de la zona contaron que una comisión de Polisucre pasó por el sitio en varias oportunidades para pedirles que se retiraran y que bajaran el volumen de la música, pero los muchachos no acataron la recomendación.
Extraoficialmente se maneja que a las 5:30 de la mañana, dos hombres llegaron al sitio y luego de sostener una discusión con las víctimas les dispararon. Se desconoce el motivo de la riña, pero ciertamente antes de huir, los delincuentes despojaron a los jóvenes de sus pertenencias. A Richard Bracho, por ejemplo, le robaron una pistola que portaba.
Los dos jóvenes quedaron muertos en el lugar, junto a un Mazda 3 gris placa AD284CS que pertenecía a Eduardo Burgos y un Toyota Corolla gris oscuro, placa AB375PA, propiedad de Richard Bracho. En la calle quedaron extendidas varias botellas de licor y jugo, cuando los presentes corrieron en distintos sentidos al escucharse los disparos.
Por la forma en que quedaron los cuerpos se presume que Burgos intentó correr hacia la maleza y arrojó las llaves de su vehículo antes de caer muerto. Para sacar el Mazda los policías y familiares tuvieron que usar una grúa porque no pudieron encenderlo. El Corolla estaba prendido con las puertas abiertas y tenía el equipo reproductor en marcha.
Comisiones de la División contra Homicidios del Cicpc, acudieron al lugar del doble crimen para levantar los cadáveres y comenzar con las averiguaciones. Los dos carros fueron trasladados hasta la Subdelegación Simón Rodríguez del Cicpc.
Los deudos de las víctimas no quisieron hablar con la prensa. Algunos allegados se limitaron a contar que Burgos vendía y compraba carros. El joven vivía en la urbanización La Estancia, en Guaicoco y su madre es directora del colegio José Teodoro Pulido, en La Dolorita.
Richard Bracho vivía en El Paraíso y estaba en el sector porque solía reunirse allí con sus amigos. Ambos fallecidos cursaban el Séptimo semestre de Derecho en la USM.