Durante la temporada navideña el país no sólo se engalana sino que además revive tradiciones y costumbres propias, como la colocación de los cochinitos en los comercios para “martillar” a los clientes de manera discreta y jocosa.
Así lo refiere entre risas Anastasia Pereira, peluquera, quien este fin de semana colocó su alcancía para incitar a sus clientas a dejarle una propina por sus servicios. “El año pasado lo puse durante todo noviembre y diciembre, y cuando lo abrí en enero tenía 300 bolívares fuertes que en plena pelazón no cayeron nada mal”.
En las panaderías no se quedan atrás, los empleados lo colocan para luego “repartirse la cochina. Es muy cómico porque cada vez que alguien deja una moneda o un billetico gritamos al unísono las gracias y eso rompe con la monotonía de la rutina diaria”, refirió Graciela Bustamante, quien atiende un negocio ubicado en las inmediaciones de la avenida Bolívar de esta ciudad.
-Más que todo es por costumbre porque al final hay que repartir lo reunido entre cuatro personas y no queda mucho, pero para entrar al cine un lunes alcanza.
Competencias
En otros locales optan por competir para ver quien decora mejor su “cochinito”, por lo que la tradicional figura luce escarcha, maquillaje, ropita y hasta peluca pasando a convertirse en un elemento recurrente en el decorado navideño de ferreterías, farmacias, abastos, supermercados y centros de computación.
JR/. gf