Venezuela logró hoy el respaldo mayoritario de la Asamblea General de Naciones Unidas para entrar en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) a partir del próximo 1 de enero, en medio de críticas de organizaciones internacionales.
«Es una victoria abrumadora y sin precedentes de la revolución bolivariana que demuestra el apoyo de la comunidad internacional a nuestras políticas y que pone en evidencia que en Venezuela se están cumpliendo de manera escrupulosa los derechos fundamentales», dijo hoy a Efe el embajador venezolano, Jorge Valero.
La votación fue «lamentable y terrible» para los derechos humanos, señaló también a Efe el presidente de Human Rights Foundation, Thor Halvorssen, quien vaticinó que los representantes de Venezuela se dedicarán a bloquear con «procedimientos técnicos y artimañas» cualquier intento de denunciar violaciones «en su país o de sus aliados».
El CDH, con sede en Ginebra, cuenta con 47 puestos, de los cuales en la votación de hoy se renovaban 18, que fueron cubiertos por Venezuela, Alemania, Argentina, Brasil, Corea, Costa de Marfil, Emiratos Árabes, Estonia, Etiopía, Gabón, Irlanda, Japón, Kazajistán, Kenia, Montenegro, Pakistán, Sierra Leona y EE.UU., este último reelegido para un segundo mandato de tres años.
Por parte latinoamericana Venezuela, Argentina y Brasil reemplazarán a Cuba, México y Uruguay.
Organizaciones como Human Rights Fundation o UN Watch criticaron la entrada de Venezuela, Costa de Marfil, Emiratos Árabes, Etiopía, Gabón, Kazajistán y Pakistán.
El embajador venezolano aseguró a Efe que a su gobierno «no le preocupa» la opinión de organizaciones que, según dijo, «son instrumentos de potencias extranjeras que financian a la subversión» en su país, detrás de las cuales, añadió, hay personas que «no tienen credenciales democráticas».
«Venezuela no se prestará jamás para que los derechos humanos se usen como pretexto para deslegitimar a países soberanos», subrayó el diplomático, quien abogó por acabar con una «visión reduccionista» de las garantías fundamentales que deja en un segundo plano los derechos económicos, sociales y culturales frente a los civiles.
Para el presidente de HRF, Thor Halvorssen, la votación «le resta credibilidad» al Consejo, pues ha abierto las puertas a países con un historial que a su juicio «deja mucho que desear».
«¿Cómo es posible? No es una cuestión de norte o sur. Aquí se debate entre lo que está bien y lo que está mal, entre derechos humanos y violadores de derechos humanos», dijo Halvorssen, para quien lo único que resta por hacer es «seguir exponiendo» ante la opinión pública a los países que violan los derechos humanos.
Por Asia, Japón, Corea del Sur, Emiratos Árabes, Kazajistán y Pakistán sustituirán a Arabia Saudí, Bangladesh, China, Jordania y Kirguizistán; por Europa del Este, Estonia y Montenegro sucederán a Hungría y Rusia, y Costa de Marfil, Etiopía, Gabón, Kenia y Sierra Leona entraran por Camerún, Yibuti, Mauritania, Mauricio y Nigeria.
Por parte del bloque de países occidentales, Estados Unidos logró hoy mantener su puesto n el Consejo de Derechos Humanos, mientras que Bélgica y Noruega serán sustituidos por Alemania e Irlanda, después de una votación en la que quedaron fuera Grecia y Suecia.
Estados Unidos, a través de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, agradeció el apoyo que ha permitido que su país esté un segundo mandato de tres años en el Consejo, tras lo que calificó como una carrera «muy competida» con otros países occidentales que son «todos unos campeones de derechos humanos».
En un comunicado, la jefa de la diplomacia estadounidense dijo que la Casa Blanca seguirá trabajando con la comunidad internacional para afrontar las preocupaciones «urgentes y serias» en materia de derechos humanos en el mundo, «fortalecer» el Consejo y equilibrar la «desproporcionada» fijación de ese organismo con Israel.
El Consejo de Derechos Humanos fue creado el 15 de marzo de 2006 por la Asamblea General para sustituir a la Comisión de Derechos Humanos, suprimida tras 60 años de trabajos por la crisis de legitimidad en la que había caído por decisiones vistas como parciales, politizadas y desequilibradas.
Se trata de un órgano intergubernamental de la ONU responsable de fortalecer la promoción y protección de los derechos humanos en el mundo, entre cuyos cometidos está realizar un examen periódico universal a cada uno de los países miembros de la ONU y celebrar sesiones ordinarias y extraordinarias sobre temas concretos.
EFE