Las discusiones en La Habana comenzarán el 19 de noviembre en lugar del 15, anunciaron las dos partes en un lacónico comunicado sin dar a conocer sus razones
BOGOTÁ. El esperado comienzo de las negociaciones de paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las FARC fue retrasado cuatro días, se informó el martes, pero ya han surgido divergencias que revelan las dificultades del proceso.
Las discusiones en La Habana comenzarán el 19 de noviembre en lugar del 15, anunciaron las dos partes en un lacónico comunicado sin dar a conocer sus razones.
Congresistas del oficialismo y allegados a los dos bandos indicaron que el aplazamiento pudo obedecer a las discrepancias sobre cómo atender o escuchar las propuestas de sectores de la sociedad civil, un reclamo que hacen las guerrillas, pero que el gobierno de Santos mantiene a distancia para evitar ampliar los puntos de una agenda ya acordada.
Aunque sectores de izquierda dijeron que el retraso no debía verse como un obstáculo, congresistas del oficialismo sí mostraron su incomodad porque recuerdan que ya en diálogos pasados tales discrepancias no hicieron sino empantanar el inicio y avance de las negociaciones para que finalmente Colombia pueda sellar un pacto de paz tras casi 50 años de conflicto armado interno.
«Hay discrepancias en la participación ciudadana, como sobre otros temas. Son necesarios de precisar antes de iniciar la mesa» de diálogos, dijo Carlos Lozano, editor del semanario Voz, del Partido Comunista de Colombia. «No hay que darle mas trascendencia» al retraso, agregó Lozano en un correo electrónico.
El representante a la Cámara por el izquierdista partido Polo Democrático Alternativo, Iván Cepeda, destacó que el aplazamiento no significaba nada grave y que «esos son los ritmos de una negociación».
«Hay que tener comprensión, paciencia sobre esos ritmos», agregó el congresista en entrevista telefónica.
Pero Roy Barreras, presidente del Senado y de la bancada del oficialista Partido Social de Unidad Nacional, dijo que «toda dilación va en contra del proceso» y que el tema de las propuestas de la sociedad civil y cómo incluirlas en la agenda de las partes se habían convertido en la última causa de fricciones.
El ex ministro del Interior y duro crítico de las guerrillas, Fernando Londoño, afirmó telefónicamente que el aplazamiento «obedece (a que las partes) no se han puesto de acuerdo en temas muy delicados y que entonces van a dar un espacio mientras dicen que no hay conversaciones pero que sí hay conversaciones».
Los temas delicados a tratar entre el gobierno y las FARC, en concepto de Londoño, son entre otros «si (las conversaciones) son con micrófono y si son sin micrófono; si es hablar de toda la historia de la nación colombiana, o si es a hablar de las víctimas de las FARC».
AP