Juan Carlos Tovar abaleado en San Agustín, era albañil, padre de 2 niños y vivía en Maracay, estado Aragua. Estaba de paso en Caracas por un contrato en una construcción
Durante el mes de noviembre, 246 cadáveres han sido ingresados a la morgue de Bello Monte, en Caracas, según se maneja extraoficialmente. En el hospital José María Vargas murió este miércoles, Juan Carlos Tovar (22), herido de bala en el abdomen, desde el 2 de noviembre pasado, cuando en una cancha deportiva del barrio El Helicoide, San Agustín.
Un hombre que cubría su rostro con una máscara de carnaval, se bajo de una camioneta particular y le disparo. Su madre, Maribel Rodríguez, dijo que estaba en su empleo cuando la llamaron para decirle que su hijo estaba herido de bala.
En el hospital determinaron que el disparo que recibió su hijo le afectó el pulmón derecho, pero su cuadro clínico se complico con una infección, producto de una bacteria que adquirió en el quirófano, donde fue operado en cuatro oportunidades. “No lo mató la bala sino las bacterias que hay allí. Se me contaminó allí y se fue poniendo peor. Ayer entre, le di la bendición y se me murió. Como que estaba esperando eso para irse”, dijo llorando.
Juan Carlos Tovar era albañil, padre de 2 niños y vivía en Maracay, estado Aragua. Estaba de paso en Caracas por un contrato en una construcción.
En el barrio San Pascual
A Freddy Francisco Rodríguez (24), lo mataron de un disparo en la cabeza, el mediodía de este miércoles en el sector San Pascual, en Petare. El joven trabajaba como técnico en refrigeración con su padre y había cursado hasta el tercer semestre de ingeniería, en la Universidad Santiago de Mariño, en Caracas.
Gloria Contreras, madre de la víctima, dijo que su hijo no era delincuente ni tenía deudas pendientes con el hampa, pero su actitud defensiva ante conflictos ajenos, lo hacían ganarse problemas y enemigos.
La mujer contó que llegó al sitio porque un vecino la llamó y lo encontró aún con vida. De inmediato lo alzó para subirlo a una moto y llevarlo al hospital Domingo Luciani. Aunque iba consciente en la ambulancia, el joven no podía hablar y “solo me apretaba la mano con la suya”, contó su madre, quien dijo que murió más tarde en el centro asistencial.
AA