Visité cuatro cárceles en Perú, Lima, y les puedo asegurar que la que más me impresionó fue la de San Juan de Lurigancho, ubicada en distrito de San Juan de Lurigancho en Lima, este centro construido hace más de 40 años para albergar 1.800 reclusos acoge en la actualidad más 9.000, lo que genera enormes problemas de salud, de habitabilidad y es claramente un ejemplo de estructuras y sistemas penitenciarios desfasados.
Lurigancho: La primera impresión que me llevé es que cuando pasas la última puerta te encuentras con un mundo que solo podrán expresar los que hayan vivido allí.
Me cuenta Miguel, un interno que lleva 15 años preso, que en ese penal se produjo una verdadera matanza y se encuentra hasta la presente fecha en total impunidad, conocida como la matanza de Lurigancho: el 4 de octubre de 1985, 30 prisioneros de guerra son asesinados y 34 heridos de gravedad, se lanzó a los Llapan Atiq, cuerpo antisubversivo de la Guardia Republicana, contra el pabellón Británico utilizando dinamita para abrir boquetes para después lanzar dinamitazos dentro del pabellón, bombas lacrimógenas e incendiarias y luego asaltar, a unos los abalearon, a otros los quemaron vivos, remataron heridos para posteriormente quemar los cadáveres con bombas de fósforo para ocultar que habían sido asesinados por balas; apalearon brutalmente a los sobrevivientes para terminar incendiando el pabellón y borrar huellas de su monstruoso crimen. Los cadáveres no fueron entregados a sus familiares, 28 tumbas sin nombre en el cementerio Presbítero Maestro.
Castro Castro: Después visité el Establecimiento Miguel Castro Castro, es un penal más organizado, pero lo califican de máxima seguridad, pero a decir verdad, es por los tipos de delitos que están recluidos allí.
Pudiéramos decir que los reclusos están más organizados, tienen trabajos de cerámicas, pintura, poesías,estudios, panaderías, etc.
Huancayo: Después visité el Establecimiento de Huancayo, ubicado en la Sierra de Huamancaca, pudimos conversar con muchos internos, su perfil totalmente diferente a los de la ciudad, son más trabajadores y artesanos, incluso pudimos visitar un puesto que tienen en el mercado de artesanos de la ciudad, con infinidades de artesanías que pudiéramos decir de paños tejidos con la figura de Machu Pichu, mucho cuero labrado, cobertores para el frío y llevar a los niños, así pudimos compartir con ellos hasta el punto de jugar un rato baloncesto, aunque su juego preferido es el futbolito.
Concepción: Salimos de allí directo a la Cárcel de mujeres de Concepción; como todo penal de damas más organizado y más limpio que el masculino, tienen estudios, deportes, y hasta ropa para el frío, pudimos visitar las instalaciones del penal con la colaboración que brindaron los funcionarios e internas.
Lo que podemos decir de las autoridades es que son profesionales con sus problemas pero con planes para salir a corto mediano y largo plazo, su comportamiento más institucional que político.
Humberto Prado