Los números de Miguel Cabrera fueron notables y demostraron superioridad ante la sabermetría
El mundo no se detiene, sino que cambia, evoluciona, se transforma. Como parte de un gran sistema llamado universo, el beisbol está sujeto a esas reglas que rigen el movimiento de los cuerpos. Pero incluso en una sociedad moderna, regida por nuevas corrientes de pensamiento, Miguel Cabrera era el mejor candidato para ganar el premio Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
No es que Mike Trout no tuviera argumentos sólidos, sino que Cabrera tenía mejores. Trout y Cabrera tuvieron las clases de actuaciones que sueñan la mayoría de peloteros de Grandes Ligas e hicieron todo lo que humanamente se puede esperar de tipos que aparentan ser súper humanos. Pero el gran desempeño de Cabrera, quien ganó la primera Triple Corona de bateo del beisbol en 45 años, desembocó en llevar a su equipo, Tigres de Detroit, a la postemporada, mientras que la de Trout no fue suficiente para que los Angelinos de Los Ángeles alcanzaran la meta que se pone cada club al inicio de la temporada, sobretodo uno que se cargó de grandes luminarias y contratos monstruosos.
Cabrera no fue el único responsable de que Detroit ganara la División Central. Trout no fue el culpable de que Anaheim nisiquiera lograra uno de los tres puestos que podía aspirar (liderato divisional, más 2 wild card). ¡Pero eso fue lo que ocurrió, Detroit avanzó y Los Ángeles se quedó! ¡Punto!
La lógica se impuso
Hace más de 325 años que el científico inglés Isaac Newton publicó su legendaria obra «Principia», donde estableció las leyes de la gravitación universal.
«Todo cuerpo persevera en su estado de reposo o de movimiento uniforme y en línea recta, salvo en cuanto mude su estado obligado por fuerzas exteriores», reza la primera Ley de Newton.
Por años hemos leído y escuchado a los mayores conocedores del béisbol pregonar que una gran actuación individual adquiere mayor importancia cuando repercute en el desempeño colectivo.
Esa fue la principal razón por la que el receptor Buster Posey ganó el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional. Posey (.336, 24 jonrones, 103 impulsadas), no tuvo mejores estadísticas que Ryan Braun (.319, 41 jonrones, 112 impulsadas, 30 robos, 108 anotadas), por ejemplo, pero con sus buenos números San Francisco ganó la División Oeste.
Y esa fue la razón definitiva por la que Cabrera (22 votos de primer lugar y 362 puntos pasó fácil sobre Trout (6 votos de primero, 281 puntos) en las votaciones de los lógicos miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de América, que hicieron caso omiso a la campaña que por meses se montó alrededor del premio.
Una nueva forma de evaluar el rendimiento de los jugadores fue lo que convirtió la discusión en más cerrada de lo que fue la batalla y trató de actuar como fuerza exterior para variar el movimiento de lo que creíamos un axioma inamovible.
La nueva filosofía se apoya, principalmente, en la estadística llamada Victorias Sobre Nivel Reemplazo (WAR, por sus siglas en inglés), herramienta que trata de juntar en un número todo el aporte de un jugador. El problema con el WAR es que sus principales defensores lo aplican de manera selectiva, como con el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 2012.
«El cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa y ocurre según la línea recta a lo largo de la cual aquella fuerza se imprime», dice la segunda Ley de Newton. «Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: o sea, las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto», dice la tercera.
Los que establecían que el WAR era definitivo para que Trout (.326 con 30 jonrones, 129 anotadas, 49 robos y 83 impulsadas y no asistencia a playoffs) le ganara el Jugador Más Valioso a Cabrera (.330 con 44 jonrones, 40 dobles, 139 carreras impulsadas, 205 hits, .606 de slugging y 377 bases alcanzadas), olvidaron que no lo fue para que Matt Kemp y Ben Zobrist, los lideres de WAR en 2011, ganaran estatuillas. Mientras Kemp, quien casi logró una Triple Corona, llegó segundo de Braun en la Liga Nacional, Zobrist quedó en 16to. puesto en la Americana.
Después de todo, los periodistas que votan los premios de BBWAA ven los partidos y reaccionan por acciones que testimoniaron y que no aparecen ni en el WAR ni en ninguna de las otras varas existentes para medir el rendimiento. Eso es lo bueno del béisbol, que incluso en la era de la computación, sigue siendo un deporte que hay que ver para poder entender.
En la elección de Cabrera se impuso la lógica y la justicia. Entre varios destacados, Cabrera fue el más exitoso.
Enrique Rojas
espndeportes.com