Los restos de José Tohá, ex vicepresidente y ministro del presidente Salvador Allende, regresaron el lunes a su tumba tras permanecer casi dos años en el Servicio Médico Legal para determinar si fue asesinado o se suicidó, como había dicho la dictadura militar en 1974.
El ataúd con los restos de Tohá, cubierto por una bandera nacional, fue recibido por su viuda Moy de Tohá y sus hijos José y Carolina Tohá, la próxima alcaldesa de Santiago a partir del 6 de diciembre.
El cuerpo de Tohá fue exhumado en diciembre de 2010 por orden del juez Jorge Zepeda, quien ahora debe dilucidar si fue asesinado o se suicidó.
Un primer estudio del Servicio Médico Legal conocido en octubre señaló que en la muerte de Tohá participaron terceras personas. Otro de la Universidad de Chile no determinó las causas del fallecimiento y un tercero de la Universidad de Concepción mantuvo las dudas pues una de las profesionales que lo firmó dijo que fue asesinado pero otra especialista eludió una conclusión y dijo que «hay dudas razonables».
El director del Servicio Médico Legal, doctor Patricio Bustos, dijo a The Associated Press que Tohá murió «por comprensión en el cuello y la modalidad fue intervención de terceros».
La urna con los restos de Tohá fue depositada en el mausoleo familiar del Cementerio General de Santiago.
«Al igual que muchas familias, no sólo vivimos la pérdida de nuestro padre, sino también la incertidumbre de cómo había sido su muerte», dijo Carolina Tohá, que también fue diputada y vocera de la ex presidenta Michelle Bachelet (2006-2010).
La próxima alcaldesa agradeció la labor de Zepeda y del Servicio Médico Legal y dirigiéndose a los familiares de las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) les dijo que «hay esperanzas, hay que persistir, a pesar del paso del tiempo, todavía podemos encontrar la verdad y de esa verdad viene después la esperada justicia».
AP