Los Marlins de Miami concretaron el lunes su canje masivo de peloteros a un precio inferior preestablecido que envía al campocorto dominicano José Reyes a los Azulejos de Toronto junto con los lanzadores Mark Buehrle y Josh Johnson, el receptor John Buck y el jardinero dominicano Emilio Bonifacio por siete jugadores de precio relativamente menor.
Miami recibe a los peloteros de cuadro cubanos Yunel Escobar y Adeiny Hechavarria; a los lanzadores Anthony DeSclafani, Justin Nicolino y el venezolano Henderson Alvarez; al receptor Jeff Mathis y al jardinero Jake Marisnick bajo el acuerdo, que fue pactado la semana pasada y concretado el lunes. Los Marlins también entregarán dinero en efectivo a Toronto como parte del intercambio.
El canje fue concretado después de que el comisionado de las Grandes Ligas, Bud Selig, decidió no bloquearlo.
El impactante acuerdo se produce apenas un año después que los Marlins acapararon titulares con las contrataciones del dominicano Reyes, el abridor zurdo Buehrle y el cerrador Heath Bell en un inusual despliegue de gasto antes de mudarse a un nuevo estadio en el centro de Miami.
La inversión levantó grandes expectativas, pero los Marlins terminaron en el último lugar de la división Este de la Liga Nacional.
Desde julio empezaron a desmantelar al equipo, con el traspaso del pitcher Aníbal Sánchez y el intermedista Omar Infante a los Tigres de Detroit a cambio de prospectos. También despidieron a su manager Ozzie Guillén, quien apenas duró un año en el puesto.
Bajo el dueño Jeffrey Loria, desde hace tiempo blanco de críticas de los fanáticos, los Marlins usualmente han estado entre los equipos menos gastadoras en las Grandes Ligas. La gerencia prometió que todo ello cambiaría con el nuevo estadio, pero los ejecutivos del equipo se sintieron decepcionados con la asistencia en el 2012, y los ingresos fueron menores que lo proyectado.
Aun así, el canje masivo es una sorpresa. Todos los jugadores involucrados deben pasar exámenes físicos antes de que la transacción sea finalizada.
AP