La ciudad de Roma develó el lunes una escultura renovada del difunto papa Juan Pablo II después que la primera fuera ridiculizada por la opinión pública y el Vaticano.
El artista Oliviero Rainaldi se dijo complacido con el producto final, al decir que igualó su visión original. Culpó a los trabajadores de haber estropeado el ensamble la primera vez.
Cuando la colosal estatua fue presentada por primera vez en mayo de 2011, fue criticada por gente que decía que se parecía más al dictador Benito Mussolini que al querido papa polaco. El propio crítico de arte del Vaticano escribió que parecía que había caído una «bomba».
El hecho de que pocos reconocieran la escultura como Juan Pablo II era «pecado», dijo el crítico Sandro Barbagallo.
El alcalde de Roma rápidamente formó un comité de expertos de arte, autoridades de cultura y eruditos para trabajar con Rainaldi y hacer que la escultura empatara con lo que se había aprobado en los bocetos del artista.
Rainaldi dijo que el trabajo involucró «pequeñas correcciones» a los «errores» cometidos en el primer ensamble.
Las modificaciones presentadas el lunes se enfocaron en el rostro del pontífice: ahora sonríe y tiene el cuello y la barbilla más definidos, en lugar de una expresión adusta en una cabeza con forma de bola de bolos. Su brazo extendido, con su capa abierta en señal de bienvenida y protección, fue estirada.
La figura de bronce en tono verdoso también se igualó, las manchas café oscuro que marcaban la cabeza y la capa fueron eliminadas casi por completo. Y ahora la estatua tiene su propio pedestal en lugar del parche de pasto y arbusto que lo rodeaba antes.
AP