El presidente Mohammed Morsi ha surgido como un actor regional importante. Se ganó la confianza de Estados Unidos e Israel, que alguna vez habían expresado preocupación por el ascenso de un líder islamista al poder en la tierra de los faraones
EL CAIRO. El acuerdo del alto el fuego para Gaza concertado el jueves constituye una sorprendente trayectoria para el presidente egipcio Mohammed Morsi: un líder islamista renuente al diálogo con los israelíes o a pronunciar siquiera el nombre del país pero que intercedió por el mismo y se convirtió finalmente en protector de facto de Israel.
El acuerdo, que asocia a Egipto en un grado sin precedente con el conflicto entre Israel y Hamas, establece al país como el árbitro que garantizará que los extremistas pongan fin al lanzamiento de cohetes contra Israel y que el estado judío detenga su ofensiva contra Hamas y permita el levantamiento del bloqueo a la Franja de Gaza, que ha estado vigente mucho tiempo.
A cambio, Morsi ha surgido como un actor regional importante. Se ganó la confianza de Estados Unidos e Israel, que alguna vez habían expresado preocupación por el ascenso de un líder islamista al poder en Egipto; sin embargo, en la semana que ha durado la crisis en Gaza ambos países lo vieron como la figura más viable para impulsar un acuerdo con los gobernantes de Gaza que pertenecen a Hamas.
«Quiero agradecer al presidente Morsi por su liderazgo personal para reducir la escala de la situación en Gaza y poner fin a la violencia», dijo la secretaria norteamericana de Estado, Hillary Rodham Clinton, durante una conferencia de prensa en El Cairo en la que anunció con el ministro egipcio de relaciones exteriores el acuerdo para el alto el fuego. Clinton se entrevistó el jueves con Morsi.
«Este es un momento crítico para la región. El nuevo gobierno de Egipto ha asumido la responsabilidad y el liderazgo que por mucho tiempo ha convertido a este país en pilar para la paz y la estabilidad regionales», afirmó Clinton.
Después de que Israel lanzara hace una semana su ofensiva contra Gaza para frenar el lanzamiento de cohetes por parte de los extremistas, el palacio presidencial de Morsi, ubicado en un suburbio de El Cairo, se convirtió en centro de la diplomacia para el Medio Oriente.
Morsi conversó además con el primer ministro de Turquía y el emir de Qatar; el ministro de exteriores de Alemania y ha recibido a funcionarios árabes de alto rango que le solicitaban la mediación.
Un enviado israelí viajó en secreto a El Cairo para conversar con autoridades egipcias de seguridad, aunque Morsi no se reunió ni se entrevistó directamente con israelí alguno.