La gerencia de los Azulejos de Toronto no tuvo prejuicios para firmar al boricua
El dominicano Melky Cabrera quizás sea la figura más controversial que se ha unido a los Azulejos en los tres años que Álex Anthopoulos lleva como gerente general del club. Pero al ejecutivo no parece darle reparo ayudar a jugadores con pasados turbulentos a darle vuelta a la página.
Cabrera firmó con Toronto como agente libre por dos años y US$16 millones. El guardabosque disfrutaba de su mejor campaña en Grandes Ligas en el 2012 con los Gigantes cuando, poco más de un mes después de haber sido nombrado el Jugador Más Valioso del Juego de Estrellas, arrojó positivo a una prueba antidopaje y fue suspendido por 50 partidos.
«Hicimos muchas averiguaciones sobre él. Obviamente, dada la suspensión, era muy importante que investigáramos», dijo Anthopoulos durante una rueda de prensa en el Rogers Centre. «Hablamos con muchos de los equipos por los cuales ha jugado – miembros de las oficinas centrales, compañeros, personal – y todo el mundo dijo cosas muy positivas. Obviamente, nadie justifica lo que hizo.
«Esas eran las preguntas que yo tenía cuando estábamos negociando con él y quedé satisfecho con las respuestas que recibí».
Aunque haber sido suspendido por dopaje quizás empañe por siempre la carrera de Cabrera, Anthopolous no tiene inconveniente con ser quien le de otra oportunidad.
«Tenemos pensado afrontar el tema una vez (durante) los entrenamientos. Ese será el final y le daremos vuelta a la hoja», dijo Anthopolous. «Hicimos esas preguntas. Eso era parte de proceso. A muchos jugadores en este deporte se le has ha dado una segunda oportunidad.
«Insisto en que nadie lo justifica, pero a otros peloteros se les ha dado una segunda oportunidad y nosotros averiguamos todo lo que pudimos acerca de este jugador».
Cabrera, quien no fue incluido en el roster de los Gigantes para la postemporada, encabezaba la Liga Nacional con promedio de .346 al momento de ser suspendido. También sumaba 11 jonrones, 60 remolcadas y un OPS (porcentaje de embasarse más slugging) de .906.
Aunque Cabrera era elegible para regresar a la acción durante los playoffs, San Francisco decidió seguir adelante sin él. Se ha informado que Cabrera nunca se comunicó con sus compañeros después de la suspensión y se ha mantenido callado desde entonces, pero Anthopoulos no tiene preocupación alguna con respecto a su carácter.
Anthopoulos ha llegado a la conclusión de que Cabrera, de 28 años de edad, no sólo será valioso por su talento, sino que también tendrá un impacto positivo en el clubhouse de los Azulejos.
«Obviamente, confiamos en que nos ayudará a ganar partidos. Aun más importante es que hemos escuchado que es muy buen compañero y una gran persona», dijo Anthopolous. «Obviamente, cometió un error terrible. Pero como he dicho en antes, estamos dispuestos a darle una segunda oportunidad a alguien. Una tercera o cuarta oportunidad ya es menos probable». Cabrera llega a Toronto bajo circunstancias no ideales, pero Brett Lawrie y Colby Rasmus, quienes ahora son favoritos de la afición, también venían con interrogantes cuando llegaron a los Azulejos y ambas contrataciones han dado resultados.
Cabrera se unirá a Rasmus y a su compatriota José Bautista para formar un jardín dinámico. Cabrera será titular en el bosque izquierdo; el nuevo manager de Toronto, John Gibbons, quien tuvo la oportunidad a conocer a Cabrera cuando ambos estaban en los Reales, se lo imagina bateando delante de Bautista y el también dominicano Edwin Encarnación.
«Me gusta la idea de tener a Melky en el parte alta del orden ofensivo», dijo Gibbons. «Es un bateador muy bueno, conecta muchos hits. Si lo pones en la parte gruesa del lineup, va a producir carreras.
«Creo que encaja bien ahí (en la parte alta). Es demasiado temprano para decir quién va a bateador dónde. Alex ha hecho una gran inversión para que (Cabrera) venga y batee, así que queremos darle todos los turnos al bate posibles».
Gibbons, quien dirigió a los Azulejos del 2004 al 2008, le tomó afecto a Cabrera en el 2011, cuando el bateador ambidiestro estaba con Kansas City, donde el nuevo timonel de Toronto era el coach de la banca. Gibbons describe a Cabrera como un jugador que trae mucha energía al parque y a quien los aficionados no demorarán en aceptar.
«Siempre sonríe, lo trae todo y es un buen jugador y un bateador excelente», dijo Gibbons. «Lo que pasó fue lamentable, pero aún así es un buen bateador.
«Los aficionados van a estar encantados con él – la manera en que se enfoca, la manera en que llega todos los días con deseo de jugar. ¿Y saben qué? Es bastante bueno».
Firmar a Cabrera les permite a los Azulejos usar al veloz Rajai Davis como jardinero suplente y corredor emergente y le da más tiempo a Anthony Gose, de 22 años, a que se pula en Triple-A Buffalo.
Cabrera, veterano de ocho años en Grandes Ligas, ha jugado por los Yankees, Bravos, Reales y Gigantes. Su promedio de por vida es de .284 con 84 bases robadas y 69 bambinazos.