Los conductores invierten altas sumas de dinero para reparar las fallas mecánicas que presentan los vehículos
Conductores del transporte público que transitan por la carretera Ocumare-Colonia Mendoza-Cúa, se han convertido en expertos malabaristas, tras la práctica diaria de esquivar los enormes boquetes que presenta la vía.
Desde la entrada del sector Candelero hasta la comunidad de Anguina, resulta imposible la libre circulación de los vehículos, por el deterioro vial; situación que afecta a los conductores por los altos precios que deben pagar por las reparaciones mecánicas, y a los usuarios que en algunas ocasiones deben esperar por largo tiempo las unidades colectivas.
Isaac Gómez, residente de la zona, señaló que vecinos de las comunidades Candelero, La Trilla, Ojo de Agua, La Uverita, Colonia Mendoza y Anguina, han cerrado esta calle demandando soluciones, “y las respuestas del alcalde han sido negativas, él asegura que es competencia de la Gobernación la reparación vial”.
Apuntó el informante que solo se “parapetea” la vía y a los pocos días nuevamente se abren los huecos.
Mencionó Gómez, que en temporada de lluvia los huecos se tapan y muchos conductores caen bruscamente en ellos, provocándole daños considerables a sus vehículos.
“Es urgente una solución para beneficio de todos los que residen a lo largo de esta arteria vial, y pedimos que se incluya en las mejoras a la entrada al sector “Los Narea”, la cual está llena de huecos”, dijo el declarante.
Sin alumbrado público
La carretera Ocumare-Colonia Mendoza-Cúa, se encuentra totalmente a oscuras, lo cual incrementa el riesgo que los choferes caigan en los huecos; además sean víctimas de delincuentes.
“Creemos que es hora que se habilite esta vía en respeto a los vecinos, que desde hace años han realizado diferentes acciones para que los gobiernos de turno los tomen en cuenta”, dijo Isaac Gómez.
No descartó el vecino nuevas acciones de calle, “pues continuaremos en la lucha por lograr que pavimenten la carretera”.
MIP-TUY Agencia
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