El ibuprofeno, un fármaco usado muy frecuentemente para aliviar ciertos dolores, también previene el desarrollo del mal de Parkinson, ya que las personas que toman este remedio regularmente parecen tener un riesgo menor de sufrir este mal, concluyó una investigación médica.
“No hay una cura para la enfermedad de Parkinson, por lo cual la posibilidad de que el ibuprofeno prevenga esta patología es muy interesante”, dijo Alberto Ascherio, de la Escuela de Salud Pública de Harvard (Estados Unidos).
Qué es el Parkinson
El mal de Parkinson es una patología neurodegenerativa que afecta a las células cerebrales que controlan el movimiento. Por ese motivo, los síntomas más frecuentes son el temblor de las manos, piernas y cabeza, la rigidez del cuerpo y la falta de equilibrio y coordinación.
Esta patología suele desencadenarse después de los 60 años y es más frecuente en los hombres que en las mujeres. Aunque aún no hay una cura, ciertos fármacos alivian los síntomas y malestares que genera.
Efectos positivos
Los autores trabajaron con la información de 99.000 mujeres y 37.000 hombres durante seis años. Analizaron qué tipos de analgésicos o antiinflamatorios tomaban, incluyendo el ibuprofeno, y siguieron de cerca de su estado de salud para detectar el posible surgimiento del Parkinson. También tuvieron en cuenta factores de su estilo de vida como la alimentación, el ejercicio físico y el tabaquismo.
“Observamos que los hombres y mujeres que tomaban ibuprofeno dos o tres veces por semana tenían un riesgo 38% menor de desarrollar el mal de Parkinson. Nuestros hallazgos sugieren que este fármaco podría ser un agente neuroprotector contra esta patología, aunque todavía no conocemos el mecanismo por el cual ejerce este efecto”, dijo Ascherio.
Sin embargo, el especialista aclaró que las personas que ya tienen el mal de Parkinson no deberían comenzar a tomar ibuprofeno. “Aunque todo el mundo cree que este fármaco es seguro, puede tener efectos secundarios como el sangrado gastrointestinal. Nuevas investigaciones deberán dilucidar si estos riesgos se justifican en vista de la disminución de la progresión del mal de Parkinson”, concluyó.