Ante la mirada indiferente de la Policía Municipal de Caracas, vendedores ofrecen una extensa variedad de fuegos artificiales, que incluyen todos los que el Ministerio de Interior y Justicia decretó como de uso y comercio ilegal
Al lado de los kioscos, en las entradas de varios negocios, parados en las esquinas y hasta “haciendo el paro” de que son “paragüeros”, se encuentran los vendedores de pirotécnicos desde La Hoyada hasta la esquina de El Chorro, en la avenida Universidad del municipio Libertador, quienes se identifican fácilmente pues pregonan a toda voz: “fosforitos, fosforitos, mini fosforitos al detal y al mayor”, canto mediante el cual atraen a sus clientes.
Y es que la venta de fuegos artificiales no está del todo prohibida, pues quienes posean los permisos y condiciones que requieran las diferentes jurisdicciones, pueden comerciar esta atracción que ya se ha convertido en una tradición de las festividades decembrinas del país; no obstante, sólo se podrá proveer los que el Ministerio de Interior y Justicia (MIJ) decretó como de uso legal.
Sin embargo, estos vendedores -hombres y mujeres que se encuentran en cada esquina y rincón de las aceras de esta importante avenida caraqueña- no son legales. Distribuyen los productos por medio de un catálogo en el que se muestran fotografías del artificio deseado y su descripción, y además se incluyen todos los que están decretados como “prohibidos” en unas páginas en las que se puede apreciar una leyenda que reza: “sólo de uso profesional”.
Los cohetones, por ejemplo, que tanto le gusta a la gente contemplar en el cielo cuando producen ese estallido lleno de estrellas de colores, sólo pueden ser manipulados por personas expertas o adquiridos para animación de eventos, conciertos y actos masivos. No obstante, para comprarlos en Caracas, sólo debe hablar con la persona adecuada -cómodamente reconocible- elegir, pedir, pagar y listo… Cualquiera puede tener en sus manos este artículo ilegal con gran facilidad.
¿Y la policía?
En la planta baja del edificio El Chorro, existe una Brigada de Proximidad Comunal perteneciente a la Policía de Libertador, justo al frente y a escasos metros de los puestos de trabajo de estos pregoneros ilícitos, cuyos gritos no cesan cuando ven un funcionario pasar.
Mientras tanto, estos uniformados garantes de las leyes, quienes pasan caminando por la zona o haciendo labores de patrullaje, no se inmutan al ver el proceder de estos sujetos que, evidentemente, están realizando una acción incorrecta.
El director de Protección Civil del municipio Sucre, Gabriel D’ Andrea, indicó que según las normativas de resguardo que se aplican cada año durante esta época, “todo organismo de seguridad y sus oficiales, tienen la potestad de proceder al decomiso de la mercancía que esté siendo expendida, a pesar de estar prohibido por las leyes”, expresó.
Legales e ilegales
En el Área Metropolitana, únicamente hay dos zonas dispuestas para la venta de los juegos pirotécnicos, que son El Poliedrito ubicado en La Rinconada, en el que ya se está instalando una feria con aproximadamente 70 locales que ofrecen variedad de atracciones de este tipo; y en los espacios abiertos de la Universidad Santa María.
Y aunque el inicio de las ventas, autorizado por la Dirección General de Armas y explosivos (Daex) está pautado para el próximo sábado 1 de diciembre, alguna de estas tiendas ya están abiertas para el público.
Entre los fuegos artificiales permitidos por el Estado según el director de prensa del MIJ, Jorge Galindo, quien a través de una lista publicada por su cuenta en la red social en Twitter, informó que los artificios tales como “Volcanes”, “Rabo de Cochino”, “Luces de Bengala”, “Mini Fosforito”, “Huevos de Dragón”, entre otros de bajo impacto, podrán ser adquiridos.
Por otro lado, “Los Morteros”, “Coquitos”, “Antorcha Olímpica”, “Cohetones”, “Rueda de Feria”, y algunos otros de alta peligrosidad o de uso profesional, están completamente prohibidos.
Condiciones para vender
Para vender juegos pirotécnicos en el Área Metropolitana, sólo están permitidos los espacios abiertos de El Poliedrito y la Universidad Santa María los cuales trabajan con personal clasificado y protección antiincendios. Además, es necesario contar con una serie de permisologías emitidas por las diferentes Alcaldías, los Bomberos del Distrito Capital y de la Dirección General de Armas y explosivos (Daex).
Anabel Barrios Díaz
abarrios@diariolavoz.net