En dos de cada tres países latinoamericanos la corrupción del sector público aparece elevada en la lista Indice de Percepción de la Corrupción, que difundió la ONG para mostrar los niveles de este flagelo por país
MIAMI. Venezuela, Haití, Paraguay, Honduras y Nicaragua son los países más corruptos de Latinoamérica, mientras que Chile y Uruguay son las naciones más transparentes de la región, de acuerdo con un estudio internacional difundido el miércoles.
En dos de cada tres países latinoamericanos la corrupción del sector público aparece elevada en la lista Indice de Percepción de la Corrupción, que difundió Transparencia Internacional para mostrar los niveles de este flagelo por país.
América Latina es, después de Africa, «la región del mundo donde se perciben mayores índices de corrupción», dijo Alejandro Salas, director regional para las Américas de Transparencia Internacional en entrevista con The Associated Press.
«Cerca de las dos terceras partes de los países latinoamericanos están reprobados», dijo vía telefónica desde Berlín, donde está la sede de la organización no gubernamental.
En un intento por explicar por qué la corrupción se mantiene en América Latina, Salas dijo que está arraigada en la política, en el gobierno, en las empresas y en la mentalidad ciudadana. Encuestas y estudios indican que la población latinoamericana vincula la corrupción con la policía, los sistemas de justicia, los partidos políticos y los parlamentos.
Los hogares mexicanos, por ejemplo, pagan 15% de sus ingresos en sobornos para acceder a trámites y servicios como la conexión de la electricidad y el agua, de acuerdo con una encuesta realizada por Transparencia Mexicana. Los hogares más pobres pagan casi 30%, añadió el experto.
La lista de Transparencia califica a los países según una escala que va del cero -equivalente a una percepción de altos niveles de corrupción- al 100, igual a transparencia.
Encabezan la nómina de 176 países y territorios Finlandia y Nueva Zelanda, con 90 puntos, los países con sectores públicos menos corruptos. En el último término aparecen Afganistán, Corea del Norte y Somalia, con ocho puntos.
Con 19 puntos cada uno, Venezuela y Haití están entre los 10 países con sectores públicos más corruptos en todo el mundo, casi en el mismo nivel que Irak y Uzbekistán.
«Las instituciones democráticas de Venezuela están muy frágiles», dijo Salas en un intento por explicar por qué el país figura entre los más corruptos.
«Tiene un Poder Ejecutivo muy fuerte, que está por arriba de todo lo demás. Es un poder que domina sobre las autoridades electorales, sobre las contralorías, sobre la justicia. No existe, como existe en otros países, un balance», sostuvo.
En el otro extremo de la lista, junto a las naciones más transparentes, en el lugar 20 aparecen Chile y Uruguay, con 72 puntos y un desempeño mejor que España, que se ubica en el sitio 30 con 65 unidades; o Austria, en el puesto 25 con 69 puntos.
Sobre Chile y Uruguay, en cambio, dijo que «existen balances entre las diferentes instituciones del Estado» y eso contribuye a un mayor control y transparencia.
El ministro de la Presidencia de Chile, Cristián Larroulet, dijo el miércoles que la buena calificación de su país es resultado del trabajo del gobierno de Sebastián Piñera porque entre 2006 y 2009 «tuvimos un pequeño retroceso en estos indicadores y últimamente hemos mostrado una recuperación al punto de que hoy estamos dentro de los 20 países de mayor probidad en el mundo».
Agregó que en comparación a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, Chile ocupa el lugar 17, lo que según él, «demuestra que nuestro país está cada vez más cerca de alcanzar el desarrollo» y anunció que el gobierno puso en tratamiento tres proyectos de ley relacionados con la transparencia.
De entre 174 lugares que tiene la lista, Paraguay ocupó el puesto 150 con 25 puntos; Honduras el 133 con 28 unidades y Nicaragua el 130 con 29.
Muy de cerca le siguen Ecuador y República Dominicana, que con 32 puntos están en el puesto 118; Guatemala en el lugar 113, con 33; México y Bolivia en el sitio 105, con 34 puntos.
Argentina, por su parte, ocupa el puesto 102 de la lista, con 35 unidades; Colombia está en el 94 con 36; Perú, El Salvador y Panamá en el 83 con 38 puntos; y Cuba en el 58 con 48 puntos.
Brasil, donde se han hecho públicos numerosos casos de corrupción pública en los últimos dos años, está en el lugar 69, con 43 puntos.
Salas dijo que de la nación más grande de Sudamérica «han salido buenas señales» en el último año y medio, como la destitución de varios ministros bajo sospechas de corrupción poco después de la asunción de la presidenta Dilma Rousseff en enero de 2011; y el llamado juicio del «mensalao», en el que el Tribunal Supremo declaró culpable de corrupción a José Dirceu, ex jefe de gabinete del mandatario Luiz Inacio Lula da Silva.
El proceso «demostró que Brasil castiga a los corruptos y no importa que sean poderosos», consideró Salas.
Además de Chile y Uruguay, los únicos territorios latinoamericanos que aparecen con una puntuación más cercana a los países menos corruptos son Puerto Rico, en el lugar 33 de la lista, con 63 puntos; y Costa Rica en el 48, con 54 unidades.
El Indice de Percepción de la Corrupción, uno de los más usados en todo el mundo, analiza los niveles de corrupción en el sector público a través de un conjunto de encuestas y evaluaciones efectuadas por empresas y expertos.
En el ámbito internacional, Canadá fue el país con mejor percepción en el continente americano y ocupó el noveno puesto de la lista. Estados Unidos ocupó el lugar 19, uno mejor que Chile; Francia el 22, Italia el 72, China el 39 y Rusia el 133.
Ningún país recibió una puntuación de cero, equivalente a totalmente corrupto; ni de 100, que significa totalmente transparente.
Un efecto perverso…
María Victoria Murillo, profesora de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Columbia, en Nueva York, expresó que la corrupción afecta las inversiones y tiene un «efecto perverso en la cotidianidad de la gente» porque hace que el «acceso al estado sea totalmente comprable».
Así, por ejemplo, puede determinar que una persona tenga o no acceso a la justicia, vaya o no a la cárcel o pueda hacer negocios o no con el gobierno, explicó.
Murillo destacó «la gran variedad (de posiciones en la lista) que tiene la región» y dijo que sin considerar a Chile, Uruguay y Costa Rica, en muchos otros países latinoamericanos existe una concentración de poderes en el ejecutivo y un poder judicial muy débil, que allanan el camino a la corrupción.
«Chile, Uruguay y Costa Rica tradicionalmente son países más estables, con instituciones más fuertes», respondió la experta a la pregunta de por qué ellos estaban más cerca de las naciones transparentes en la lista.
Gisela Salomon /AP