Bopha, el tifón más poderoso observado en 2012 en Filipinas, con vientos que superaron los 200 km/hora se ha cobrado la vida de 477 personas y se cuentan más de 400 desaparecidos
FILIPINAS. El tifón Bopha, que devastó el sur de Filipinas, podría ser uno de los más mortíferos de los últimos tiempos en ese archipiélago, según las autoridades, que este jueves señalaron 477 muertos confirmados y cerca de 400 desaparecidos, así como unos 250.000 damnificados.
Bopha, el tifón más poderoso observado en 2012 en Filipinas, con vientos que superaron los 200 km/hora, atravesó en la noche del martes la isla meridional de Mindanao, barriendo y sumergiendo bajo el agua una franja de tierra de 700 kilómetros de ancho.
Los socorristas habían recuperado al menos 477 cadáveres este jueves, indicó el general encargado de dirigir los servicios de auxilio, Ariel Bernardo.
Filipinas, el tercer exportador mundial de banano, perdió la cuarta parte de su cosecha debido a este tifón, indicó este jueves un responsable del sector, que además teme la propagación de un hongo mortal.
Bopha destruyó unas 10.000 hectáreas en las 42.000 plantaciones de banano del país, declaró Stephen Antig, director de la asociación filipina de plantadores y exportadores de banano.
Erinea Cantilla y su familia caminaron descalzos durante dos días, en el agua barrosa y los detritus, buscando alimentos y un refugio después de la destrucción de su explotación de banano y cacao, a poca distancia de Nueva Bataan.
Temor a epidemias
Algunos supervivientes buscaban este jueves por la mañana entre los escombros de sus casas para tratar de recuperar lo que fuera posible. Otros trataban de encontrar a familiares y amigos desaparecidos, examinando los cadáveres cubiertos de lodo y colocados en fila sobre lonas.
El gobierno pidió la ayuda de la Organización Internacional de Migraciones, con sede en Suiza, para la construcción de albergues provisionales destinados a los supervivientes, indicó la ministra de Asuntos Sociales, Corazón Soliman.
La presidencia de Filipinas envió barcos cargados de alimentos y equipos de urgencia para unas 150.000 personas en la costa este de Mindanao, donde tres ciudades estaban totalmente aisladas.
Muchas de las víctimas del tifón en Mindanao eran emigrantes muy pobres, atraídos a ciudades como Nueva Bataan y Monkayo, en las montañas, para trabajar en pequeñas minas de oro desprovista de toda seguridad.
Estas dos ciudades sufrieron la mitad de los muertos ocasionados por Bopha, según la Oficina de Seguridad Civil.
El gobierno había prohibido la construcción de viviendas en varios de esos lugares, considerados demasiado peligrosos, pero las autoridades locales continuaron emitiendo permisos de cavar y fueron incapaces de poner fin a la expansión de las comunidades, explicó en la televisión el secretario de Medio Ambiente, Ramón Paje.
Agencias