Jacintha Saldanha, de 46 años, aparentemente se suicidó después de ser víctima de una broma de una emisora de radio australiana, que la contactó para preguntarle sobre el embarazo de la princesa Catalina
Los británicos se despertaron el sábado “impactados y tristes” por la muerte de la enfermera del hospital donde la duquesa de Cambridge estuvo hospitalizada, tras ser víctima de una farsa de una radio australiana que ha puesto la primera mancha en el cuento de hadas de Guillermo y Catalina y el bebé que esperan.
Hasta la próxima semana no se conocerán las causas de la muerte de la enfermera, presentada por la prensa tras su fallecimiento el viernes como un suicidio, dijo la policía que espera los resultados de la autopsia.
Todos los diarios británicos, con excepción del Financial Times, sacan en portada su muerte y las redes sociales hierven con críticas a los autores del engaño telefónico.
Según el Times, Jacintha Saldanha tenía 46 años y era madre de dos hijos, uno de 16 años y otra “joven adolescente”.
Según el diario, fue encontrada en las dependencias reservadas a las enfermeras en el hospital. La enfermera, que nació en la región de Mangalore en India, vivía en Bristol con su familia desde 2003.
Jacintha Saldanha tenía 46 años y era madre de dos hijos.
La broma telefónica
El martes recibió hacia las 5H30 una llamada de los dos presentadores de la radio australiana 2Day FM, que se hicieron pasar por la Reina y el príncipe Carlos para preguntar por el estado de Catalina, que desde la víspera estaba ingresada por fuertes náuseas provocadas por su embarazo.
La enfermera, que se creyó la historia de los bromistas, pasó la llamada a una colega del servicio donde estaba internada la esposa del príncipe Guillermo que les ofreció noticias de la paciente.
El Daily Telegraph recuerda que la radio australiana, que ha decidido suspender de antena “hasta nueva orden” a los dos presentadores, “seguía difundiendo su farsa varias horas después de la muerte de la Señora Saldanha”.
Agrega asimismo que se ha puesto bajo vigilancia durante cinco días a la radio 2Day FM. No es la primera vez que está en la mira del organismo de control australiano por “violaciones graves” de las reglas. La radio declaró el sábado que no ha hecho “nada ilegal”.
El sufrimiento de Catalina
El Daily Mirror habla por su parte en portada del “sufrimiento de Catalina tras el suicidio de la enfermera engañada”, como el resto de los tabloides que insisten particularmente en el impacto que ha recibido la esposa embarazada del príncipe Guillermo.
El corresponsal real del Mirror llega a temer que el bebé real “se vea asociado de por vida a este espantoso acontecimiento”.
“Si Catalina tuviera que volver al hospital Rey Eduardo VII, donde es bastante probable que dé a luz, este recuerdo la perseguirá”, dice.
El tabloide cita también a un antiguo guardaespaldas de la princesa Diana, la madre de Guillermo, que recuerda que siempre ha habido un protocolo para evitar este tipo de cosas, aunque en este caso, parece que no se le explicó al personal del hospital.
La prensa llama a la cautela
The Independent invita, por su parte, a los lectores a que tomen la distancia necesaria para que “no se utilice esta tragedia como una excusa para denunciar a la prensa”.
“La gente hace bromas todo el tiempo. A veces se vuelven contra ellos. Otras, las consecuencias son desproporcionadas”, escribe el redactor jefe Chris Blackhurst antes de agregar que “no puede excusar” a los presentadores australianos aunque “hay que tomar un poco distancia de esta tragedia”.
Esta intrusión en la vida privada de Guillermo y de Catalina, aunque en este caso no se trata de paparazzis en busca de una exclusiva, se produce tras el escándalo por la publicación este verano en una revista francesa de fotos robadas a la joven cuando tomaba el sol en topless en una vivienda privada.
Este nuevo escándalo mediático, protagonizado como en la última ocasión por un medio extranjero, no hará más que contribuir a la reserva del príncipe Guillermo, traumatizado por la forma en que murió su madre que vivió acosada por los paparazzi.
En cuanto a la prensa británica, en el ojo del huracán tras el escándalo de las escuchas telefónicas y un informe que pide la creación de una comisión de control de la prensa, ha decidido presentar en su mayoría a la pareja real como una víctima de sus colegas extranjeros.