“Quien vive enguerrillado es enemigo de la conciliación y la paz”.
Estamos en plena navidad y próximo nuevo año, días consagrados en el mundo para la conciliación, la reconciliación, el perdón y la paz. Todo ser humano aspira tener convivencia con armonía, tranquilidad, seguridad, salud, trabajo, fe y optimismo en una sociedad justa
El propósito, razón y fin de todos los medios de resolución pacífica de conflictos, es la conciliación.
Siempre habrá una entrada para el diálogo porque a nadie, sean personas naturales, jurídicas o naciones deben estar enguerrilladas en revolución permanente.
La conciliación además de ser un medio de solución pacífica de controversias, es el fin en si misma en pro del advenimiento. Conciliar del latín “conciliatio-onis”, es acción y efecto para componer y ajustar los ánimos para la paz.
En una sociedad de Estado de Derecho Justo, de justicia, bien común y seguridad en sus más amplios conceptos, lo importante es el ejemplo de sana convivencia que deben dar los que detentan el poder político, económico y social porque sin lugar a dudas lo injusto se refleja inexorablemente en la conducta de toda la población.
En Venezuela, la criminalidad ha llegado a los más altos índices jamás existidos. Nadie está seguro ni siquiera con un policía de custodia, porque hasta los policías han sufrido los embates de la delincuencia.
No puede existir paz cuando en forma muy olímpica y sin mediar las consecuencias humanas y efectos legales, sin razonamiento o motivación previa de declarar utilidad pública, se expropia inmuebles, fincas, fábricas y promoviendo invasiones, porque con ello se está fomentando una sociedad anárquica, de delitos, violencia, temor e inseguridad.
La paz es respeto del derecho ajeno y en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, no puede estar sometido al populismo fanático porque enerva la ética y se secuestra la conciencia.
Todas las guerras han terminado hablando, con pactos, armisticios o acuerdos, pero lo importante estando en guerra o evitándola es aferrarnos en la conciliación que nos llevará a la reconciliación, al perdón y a la paz.
El Libertador, Simón Bolívar, moribundo llamó a la conciliación para consolidar la unión y bajar tranquilo al sepulcro.
Abraham Lincoln, en 1851, aconsejó evitar los pleitos, advirtiendo que el “vencedor es a menudo el perdedor…por gastos, tiempo perdido y enemistad”.
José Martí, el 7 de enero de 1876, sentenció: “Por ley de historia, un perdón puede ser un error, pero una vergüenza es siempre una infelicidad. La conciliación es la ventura de los pueblos”.
Hay tiempo para todo… tiempo de pelear y tiempo de abrazarse, tiempo de llorar y tiempos de reír…En esta navidad, busquemos la conciliación deseando que se consolide la unión de gobierno y oposición porque siendo todo transitorio y solo lo perdurable es la paz, podamos bajar tranquilo al sepulcro. 09-12-12
Cesáreo José Espinal Vásquez
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