La producción estelar de Venevisión, Mi ex me tiene ganas, tuvo un Brujo a la altura que lo ameritaba el personaje: Miguel Ferrari
Ya la culebra del llamado “Rey del misterio” Mi ex me tiene ganas llegó a si final. Un final predecible, pero que no dejó de ser impactante por las excelentes actuaciones de artistas de la talla de: Daniela Alvarado, Lilibeth Morillo, Miguel Ferrari, Antonio Delli, Norkys Batista y Carolina Perpetuo, quienes brillaron a lo largo del dramático, pero en el capitulo final, se pasaron.
¡Extraordinarios! Como en todo final, las interrogantes sin respuesta, los cabos sueltos y la fantasía, que sobrepasan la ficción y mucho más allá, la realidad, fueron el plato fuerte de esa “última cena” donde un extraordinario actor como Miguel Ferrari, se quitó la mascara y dio la cara ¡y la talla! como el maquiavélico asesino en serie. Un plato servido para el por escritor Martin Hahn, que supo degustárselo magistralmente. Pero lo de Antonia París, papel impecablemente personificado por Carolina Perpetuo, fue la comidilla, pero también un espejo de la cruda realidad de lo que se vive en nuestro país. El dinero lo puede todo y ella, la que armó todo el embrollo, robó niños, mintió, ocultó evidencias y se burló de la justicia, quedó impune y multimillonaria. Un caso similar acaba de ocurrir pero no en la ficción con la exactriz de A qué te ríes, Jimena Araya, quien después de burlar a la justicia por un caso de evasión de presos de la cárcel de Tocorón, se entrega luego de un mes prófuga y dura detenida menos de una semana, con régimen de presentaciones cada 15 días y más famosa y admirada que antes. Ahora ella pretende hacer carrera política y hasta amenaza con lanzarse a la Presidencia, “Lo mío es hacer patria”, sentenció y su culpabilidad o inocencia todavía es un caso pendiente de nuestro cuerpo policial… ¿Cangrejo? Definitivamente otro caso que debería serle asignado al inspector Navas, a ver si él logra, como hizo con el Brujo, descubrir si Rosita está o no involucrada en la nutrida evasión de los presos que hasta la fecha de escribir esta nota, siguen de parranda… ¿Ha visto? “He visto Rosita linda”, le diría Don Emilio.
Por eso hay que aplaudir a Martin Hahn, porque él se inspiró en la cruda realidad de nuestro país, para delinear y sacar ilesa a la maquiavélica Antonia. ¿Quién dice que no? “Si Rosita salió ilesa y hasta un partido político pagó su fianza ¿Por qué yo voy a meter presa a Antonia París? Ella solo robó un niño, ocultó evidencias, compró jueces y amenazó y manipuló a diestra y siniestra”, diría o pensaría el Rey del misterio.
Carlos Montilla: un final de comiquita
Uno de los que parecía el candidato perfecto por todas las fechorías y delitos que cometió a lo largo del culebrón de Venevisión, fue definitivamente Kevin Miller, el papel encomendado a Carlos Montilla y quien también logró una excelente personificación. Pero su desenlace se lo creyó sólo su escritor. De malo y perverso, pasó a convertirse en un idiotizado y manso corderito, que cayó rendido hacia los encantos de Soledad “y su mundo interior”… Aquí cabe perfectamente el popular refrán criollo “Mas jala un pelo de… que una yunta de buey”. Al él tampoco se le hicieron pagar sus delitos, los pagó el pendejo del abogado, personaje realizado por su hermano, Alexander Montilla.
Hilda Abrahamz se los gozó a todos…
En la novela estaba divorciada de Kevin y era la dueña de un prostíbulo de lujo. Se acostó con el que terminó siendo el novio de su hija y luego terminó casada y friendo huevos en el restaurante del padre de su escamante… ¡qué bello es todo! Pero de esto también se han visto casos y hasta peores, por eso no hay que juzgar a la pluma de Hahn.
El desenlace con las tres mosqueteras a punto de morir, estuvo a la altura del trío de actrices que lo encarnó. El final de las mismas vestidas de novia fue cursi, pero no hay que negar que se vieron hermosas. Tres dignas representantes de nuestras mujeres venezolanas y también de la calidad artística de nuestras actrices.
Venevisión con un pavoso “Talismán”
Ahora Venevisión nos “complace” con un “Talismán” producción foránea que ocupa el horario dejado por Mi ex me tiene ganas, pero debemos entender… la bendita crisis que vivimos en nuestro país, es la excusa perfecta para anular la producción de factura nacional y por ende, las fuentes de trabajo de nuestro golpeado medio artístico. Pero como a todo lo que está fuera de la ley, nosotros mismos lo apoyamos y no alzamos nuestra voz, que coloquen una novela extrajera en ese horario es solo culpa de Chávez… “¡muerde aquí!”… es culpa nuestra, por aceptar que esto suceda, y peor aún, calarnos ese calamar, ¡perdón!, “Talismán”.
Diego Kapeky
Twitter: @diegokapeky