Un mínimo de sensatez indica que no se puede repetir la película del año 2004, cuando una brutal abstención pintó de rojo la mayoría de las gobernaciones
Sin duda que esta ha sido una de las campañas electorales más insípidas de los últimos tiempos. Salones semivacíos caracterizaron la semana que cerró este año escolar, indicativo que la pachanga decembrina comenzó a manifestarse.
Las franelas de Leones y Magallanes copan el escenario, mientras que la tertulia más escuchada en las esquinas o a la hora del café, es el “número mágico” del Caracas para clasificarse al Round Robin. Otra “preocupación” que copa la agenda en estos días es la clásica pregunta: “¿y para dónde te vas?”…
Ni en la calle, ni en el Metro, ni en las camionetas se mencionan las elecciones del 16-D…
“No se puede simplemente banalizar y posponer el compromiso del voto por un día de descanso o por las vacaciones”.
Cardenal Jorge Urosa Sabino
Prohibido olvidar
Del pasado reciente, me recuerda la campaña electoral para las elecciones regionales de 2004, tras el referéndum revocatorio que reafirmó a Hugo Chávez en Miraflores y el derrotismo invadió a la oposición. Todas las encuestas anunciaban un triunfo del Comandante-Presidente para ese 15 de agosto, pero la infantil consigna “Chávez vete ya”, sin ningún trasfondo ni programa que la avalara, diluyó la sensatez.
En medio de las denuncias de un supuesto fraude que hizo la extinta Coordinadora Democrática, lucía como una soberana ociosidad pedirle a la gente que saliera a votar para las elecciones regionales que se realizarían dos meses después. Henry Ramos Allup sigue buscando las pruebas de “la trampa roja” y hasta afloró una ridícula tesis del “cisne negro”…
Y el 31 de octubre de 2004 aconteció la debacle previsible: la abstención superó el 54% con un chavismo haciendo caída y mesa limpia, perdiendo la oposición seis de las ocho gobernaciones que controlaba, incluyendo la de Miranda, cuando Enrique Mendoza salió derrotado por escasos 20 mil votos ante Diosdado Cabello.
Déjà vu “socialista”
Ocho años después, el panorama de hoy luce distinto para la oposición, con un liderazgo más maduro, aunque ciertos fantasmas no terminan de ser exorcizados. “La cabra siempre tira pal’ monte”, dice un refrán popular.
Como en 2004, prevaleció la política del avestruz –enterrar la cabeza en la tierra-, con lo que todos los sondeos de opinión indicaban. También se vendió un triunfalismo, que tras el anuncio del Tibisay Lucena a las 10:15 pm del pasado 07 de octubre, se transformó en un aparatoso aterrizaje en la realidad.
Repitiendo también la trama de la película del referéndum revocatorio, se apeló nuevamente al guión del supuesto fraude, con unas elecciones regionales a la vuelta de la esquina.
Todo un “déjà vu” en una “patria nueva”.
Mensaje social
A pesar que algunos escenarios coinciden, la lluvia de hoy agarra a la oposición, en líneas generales, más madura y con el paraguas en la mano.
Lo que nunca ha existido en estos 14 años de chavismo se tiene ahora, una persona que encarna un liderazgo y una alternativa como Henrique Capriles Radonski, quien ha construido una referencia genuina, con propuestas y futuro. Parte de la base electoral contraria al chavismo, producto de la derrota del 7-O y de la inmadurez política, no ha sabido valorar lo que se ha alcanzado. Un mensaje social que está cerca de hallar la llave para entrar a los sectores más excluidos para integrarlos al progreso de Venezuela. Y mientras la clase media no comprenda que a los pobres no se les debe ver con lástima u odio por apoyar a Hugo Chávez, entonces aquí habrá Comandante-Presidente y el proyecto que él encarna, hasta que Dios lo permita.
Asumir responsabilidades
A siete días del 16-D, es la misma gente la que tiene en sus manos la decisión de lo que ha de pasar en este país durante los próximos años. Gracias a la apatía, superficialidad e inmadurez política, dejar de votar “para que lo cojan todo”, es entregarle el país al chavismo, envuelto con papel de regalo navideño y todo. No será fácil para sus hijos perdonar semejante irresponsabilidad.
El bate para sacarla de jonrón, más que del lado de los dirigentes opositores, está en las manos de los electores que no apoyan a Chávez. Una oportunidad de ganar el juego está presente en Anzoátegui, Aragua, Bolívar y Mérida. También hay chance de reafirmarse en la mayoría de las que ya se tienen, como Amazonas, Miranda, Nueva Esparta, Lara, Táchira y Zulia.
Un mínimo de sensatez indica que no se puede repetir la película del año 2004, cuando una brutal abstención pintó de rojo la mayoría de las gobernaciones.
Madurez política y conciencia ciudadana es lo único que se requiere, más allá de que se milite o no en una tolda política. Abstenerse es poncharse.
IVAD: Capriles ganaría con ventaja de al menos 20%
El último estudio de opinión realizado por el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), en el estado Miranda, revela que el aspirante a la reelección, Henrique Capriles mantiene una ventaja de 20 puntos sobre el candidato del chavismo, Elías Jaua, de cara a las elecciones que se realizarán dentro de una semana.
800 fueron las personas encuestadas por IVAD entre el 28 de noviembre y el 04 de diciembre en el estado Miranda, arrojando como resultado que Capriles obtendría el 52,4% de los sufragios mientras que Jaua lograría el 32,5%.
Asimismo, la gestión del gobernador de Miranda es valorada de forma positiva por el 68,3% de los consultados (excelente 10,5; buena 31,8; regular hacia buena 26%).
AL CIERRE
* Con la llegada del presidente Chávez, ya estaría definida la nueva directiva del Tribunal Supremo de Justicia: Luis Estella Morales sale de la presidencia, que ocupa desde el año 2007 y suena como su sustituta Deyanira Nieves, quien actualmente dirige la de Casación Penal.
LA FRASE
“Yo me leí Los Miserables y sentí mi vainita, cuando el policía persigue al Valjean por robarse una canilla en la panadería. Pero el mundo es una crueldad infranqueable, un pupú real y cada vez que alguien decide salvarlo, el asunto termina en un desastre o en un mono encaramado en el poder”.
José Ignacio Cabrujas
SIN RODEOS
Richard Sanz
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