El ambiente de seguidores del Presidente Hugo Chávez en la Plaza Bolívar de Caracas y en general en las principales plazas donde se honra la figura del Padre de la Patria, no ha sido de rabia ni de desesperación, sino más bien de resignación y de esperanza en que la nueva operación quirúrgica a la que se someterá el mandatario para combatir el cáncer que le fue detectado en junio de 2011 salga bien y pronto pueda estar de nuevo al frente del gobierno.
Durante sus casi 14 años en el poder, el mandatario construyó una «revolución socialista» sobre los hombros de su carismática figura, despertando amor entre los pobres y recelo entre los ricos. Pero el sábado sorprendió a todos por igual en una cadena nacional, designando por primera vez al sucesor en su proyecto
CARACAS. Hugo Chávez regresaba este domingo a Cuba para someterse a una nueva operación contra el cáncer, cuya gravedad puso de manifiesto al designar como sucesor y heredero político al vicepresidente Nicolás Maduro, dejando a Venezuela sumida en la incertidumbre.
La cuarta intervención quirúrgica del mandatario desde mediados de 2011 tendrá lugar en los próximos días en La Habana, con perspectiva incierta, dado que Chávez marcó el camino a seguir en caso de que no pueda reasumir la presidencia el próximo 10 de enero, tras su resonante reelección en octubre.
«Ojalá que se cure y continúe en ese proceso revolucionario que es tan necesario hacerlo con él», deseó Luis Pinto, un abogado y docente de 61 años, en la céntrica plaza Bolívar, donde se congregaron centenares de simpatizantes de Chávez, así como en otros lugares del país, para pedir por su salud.
«Estamos aquí para pedirle a Dios que le dé vida. Él ha hecho todo por los pobres», dijo a su vez Darwin Guerrero, de 17 años, estudiante de ingeniería de sistemas y natural de Santa Teresa (estado Miranda, norte).
También las redes sociales hervían con mensajes de apoyo a través de etiquetas como «ahora con Chávez más que nunca».
Chávez, que ha manejado todo lo relativo a su enfermedad como un secreto de Estado, sólo dijo el sábado, al anunciar al país que sufría una nueva recurrencia, que la intervención era «absolutamente imprescindible» por la aparición de células malignas en la misma zona donde está localizado el cáncer.
El mandatario, de 58 años y desde hace 14 en el poder, solicitó permiso para ausentarse del país por un tiempo indefinido a la Asamblea Nacional, que abrió este domingo un debate antes de proceder a su votación.
«Tenemos una nueva dificultad pero usted es invencible y (la) venceremos», dijo en el hemiciclo la diputada oficialista María León.
El portavoz opositor Ramón Guillermo Aveledo pidió por su parte «la verdad» sobre la salud del presidente y apego a la Constitución.
Chávez, al frente del país con las mayores reservas de crudo del mundo, designó sucesor a su vicepresidente y ministro de Relaciones Exteriores, el ex sindicalista del metro de Caracas, Nicolás Maduro, de 49 años, quien ocuparía su cargo hasta la convocatoria de nuevas elecciones y sería en éstas candidato del oficialismo.
«Elijan a Maduro como presidente de la República, se lo pido desde mi corazón», dijo Chávez al referirse a una eventual inhabilitación.
«Queda totalmente clara la ruta de sucesión de la revolución venezolana», dijo el presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, para quien la designación de Maduro es una «orden indiscutible» para el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), mayoritario en la Asamblea Nacional.
Chávez, que antes de la enfermedad se planteaba gobernar hasta 2031, insistió en la importancia de la «unidad» en el seno de su campo para sacar adelante su revolución -que ha dirigido de forma personalista- y plantea virar definitivamente hacia el socialismo.
La Constitución venezolana establece que si ocurre la falta absoluta del presidente antes de la toma de posesión – prevista el 10 de enero – o durante los cuatro primeros años de los seis que dura el mandato, se deberá proceder a nuevas elecciones en un periodo de 30 días.
Chávez dijo el sábado que Maduro se encargaría, de ser necesario, de ejercer la presidencia mientras se convocaran elecciones.
Maduro, que funge desde hace más de seis años como canciller de Venezuela, fue nombrado vicepresidente por Chávez pocos días después de que el mandatario resultara reelecto y gozaría del apoyo de los dirigentes de Cuba, aliada estratégica de Venezuela, según analistas.
El nuevo embate del cáncer tiene lugar dos meses después de que Chávez fuera reelegido holgadamente al término de una campaña atípica con pocos mitines y en la que sin embargo hizo enormes esfuerzos por parecer curado.
En una entrevista con la AFP a días de las elecciones, el presidente dijo sentirse recuperado y con fuerzas para un nuevo mandato de seis años.
No obstante, hasta el viernes, cuando regresó de un tratamiento médico en Cuba, se había eclipsado de la vida pública durante 22 días. Ya antes, Chávez, un presidente hiperactivo antes de su enfermedad, había comparecido con aspecto cansado.
El domingo, el presidente boliviano, Evo Morales, ideológicamente afín a Chávez, expresó su solidaridad y se mostró confiado en que «esta nueva batalla por la vida también será vencida».
La oposición parece
estar mejor parada
En este nuevo escenario, sin la popularidad de Chávez para conquistar votos la oposición parece mejor parada, después de haber obtenido 6,5 millones de sufragios en las últimas elecciones con el actual gobernador del estado Miranda, Henrique Capriles, como su rostro.
Las últimas encuestas disponibles muestran que Capriles es más popular que cualquier sucesor de Chávez y que ganaría en unas eventuales presidenciales. Pero la oposición durante mucho tiempo se ha mantenido unida solo por el deseo de derrotar a Chávez, y sin su eterno rival podría haber una descomposición, reseña un despacho de la agencia EFE.
En el oficialismo, el panorama es igual de complejo. Durante las anteriores ausencias de Chávez en Cuba los rumores sobre fracturas al interior del chavismo no se hicieron esperar, por eso el propio Chávez pidió «unidad, unidad y más unidad».
Anna Pelegrí / AFP