Un obrero de la Gran Misión Vivienda Venezuela, identificado como Jesús Alfredo Sanz y un mesonero del restaurante El Gran Muro de Petare, fueron víctima de la furia de antisociales
En el sector Sucre de Turumo, fue asesinado la madrugada de este lunes, un mesonero del restaurante Gran Muro de Petare, identificado como Freddy Alejandro Lindarte Rodríguez, de 21 años de edad. Cuando salió de una fiesta en su motocicleta fue interceptado por un sujeto que lo mató y luego le robó sus pertenencias.
Antes de producirse el crimen, en la fiesta donde se encontraba, la víctima sostuvo una discusión con un hombre a quien le propinó una cachetada. El sujeto se marchó pero antes le juró que regresaría por él y así lo hizo, sólo que lo esperó a la salida de la reunión.
Cuando lo vio salir, el delincuente le disparó y en complicidad con otros sujetos, le robó al joven su moto, cartera y teléfono móvil. Huyeron del sitio y fueron los vecinos quienes llamaron a la familia de Lindarte pero el hombre murió en la calle.
Su esposa, Yaireth Rodríguez, dijo que la violencia esta desatada y que ya no se puede salir a pasarla bien en ningún lugar, porque es mejor hacer fiestas en su casa. Dijo que luego de asesinar a su pareja, los delincuentes lo arrastraron unos metros calle abajo.
En similares circunstancias, fue asesinado un obrero de la Gran Misión Vivienda Venezuela, identificado como Jesús Alfredo Sanz, de 26 años de edad, cuando salía de una fiesta a las 5:00 de la madrugada del domingo, en la calle La Ceiba de San Agustín del Sur.
En la celebración la víctima discutió con varios sujetos que le propinaron una fuerte golpiza. Luego al salir, le dieron un tiro en el pecho y lo dejaron tirado sin vida en el sitio. El obrero dejó dos hijos. Un vecino que lo vio en el lugar llamó a su familia.
Es el segundo miembro de la familia asesinado en Caracas durante los últimos 4 años. El primero caso fue el de un primo que era barrendero en la Plaza Caracas. Se llamada Pedro Jesús Moreno y fue atacado por un grupo de sujetos que le dieron varias puñaladas. «Hay demasiada violencia y no hay quien le ponga freno. Está situación solo afecta a quien no tenga dinero para pagar por su seguridad», dijo una tía de las víctimas.
AA