El triunfo aplastante del chavismo en las regionales venezolanas, que aumentó sus gobernaciones a 20 sobre un total de 23, le coloca en inmejorables condiciones ante la eventualidad de que la salud del presidente Hugo Chávez requiera la celebración de elecciones anticipadas en Venezuela, estiman analistas.
Sin embargo, la cómoda reelección de Henrique Capriles en el estado clave de Miranda, el segundo más poblado, lo consolida como el líder único e indiscutido de la golpeada oposición.
Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis, opinó a través de twitter que «una vez conocidos los resultados regionales, se potencia la posibilidad de un nuevo evento presidencial en breve». «A menos q Ch tenga opciones de recuperarse para mandar, el mejor escenario para el chavismo es una elección en breve», agregó.
«La amplia victoria de ayer en Venezuela tranquiliza al chavismo de cara a unas eventuales nuevas presidenciales», coincide el politólogo Farith Fraija.
No obstante, Fraija desestima que el chavismo haga este tipo de cálculo político para lanzar la sucesión del presidente, recién operado por cuarta vez de cáncer en La Habana. «Cualquier escenario va a depender de la salud de Chávez y no de un resultado electoral. Si Chávez está en condiciones de asumir, lo hará, si no, no lo hará», enfatizó.
Los resultados del domingo, en los que el oficialismo le arrebató a la oposición cuatro de sus siete estados (el petrolero Zulia, el turístico Nueva Esparta, el industrial Carabobo y el fronterizo Táchira) son «una muestra rotunda de la capacidad de movilización de las bases del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)» y del «efecto dominó de la victoria presidencial de Chávez», estimó Fraija.
«Ellos (el oficialismo) van a buscarte a casa para que votes. La capacidad de movilización fue muy efectiva, sobre todo en momentos de desmotivación de la oposición tras el 7 de octubre», cuando Chávez derrotó a la oposición por 11 puntos de porcentaje, coincide Carmen Beatariz Fernández, presidente de DataStrategia.
Señala que la abstención del 46% -casi 11 puntos más que en las regionales de 2008- está compuesta en su mayoría por opositores.
A pesar de su ausencia en la última semana y de no haber hecho campaña electoral, Chávez fue fundamental en el triunfo, coinciden los analistas. «Chávez puede que esté moribundo, pero estuvo en campaña. La capacidad que tiene de que todo se centre en él siempre le ha dado réditos. Secuestró la agenda de la última semana, que se centró en la salud presidencial», asegura Fernández.
Según ella, la atención mediática y de la opinión pública que absorbió Chávez, reelecto en octubre y en el poder desde 1999, «perjudicó a la oposición» y logró darle «cohesión» a un chavismo «desmotivado por la enfermedad presidencial» y en parte descontento «por algunas designaciones de candidatos a dedo» que hizo el mandatario en varias regiones meses antes de las elecciones.
La recta final de la campaña coincidió con el anuncio de Chávez de otra recaída en el cáncer y de una nueva y «compleja» intervención en La Habana, la cuarta desde que se le detectó el cáncer en junio de 2011.
El suspense de la operación, el dramático día después, cuando la plana mayor del oficialismo con semblante desencajado alertó a los venezolanos de que estuvieran preparados ante un «escenario difícil», y el alivio de los comunicados posteriores, crearon el clímax aprovechado por los candidatos oficialistas para pedir el «voto por amor» al mandatario, por su completa recuperación.
El vicepresidente Nicolás Maduro pidió el mismo domingo a los venezolanos que fueran a votar «para no fallarle» a Chávez (lo cual según la oposición violaba la normativa electoral, que prohíbe hacer proselitismo en esa jornada). «Decir que Chávez estuvo ausente de la campaña es desconocer los lazos simbólicos entre el mandatario y sus seguidores. Estuvo presente en cada mensaje, en cada mitin, en el ‘vota por su salud’», explica Fraija.
Pocos dudan de que con su triunfo en el populoso estado de Miranda (norte), el ex candidato presidencial Capriles sale consolidado como único líder opositor y como mejor candidato en unas nuevas elecciones que deberían ser convocadas en un plazo de 30 días en caso de que Chávez quedara «inhabilitado» para gobernar, como él mismo dijo al nombrar a Maduro su heredero político antes de ir a Cuba.
«Fue un golpe duro para la oposición (perder varios estados), pero se despejan las dudas que pudiera haber en la oposición de cara a unas nuevas presidenciales», opina la presidenta de Datastrategia en referencia a Capriles, el intento más serio de derrotar a Chávez en sus casi 14 años de presidencia, tendría pocas posibilidades también de derrotar a Maduro.
Jordi Miro /AFP