Los padres pueden evitar obsequiar productos concebidos para adultos como teléfonos inteligentes a niños menores de 10 años, echando mano de toda una variedad de artículos ajustados a sus necesidades
LOS TEQUES. Bebés que lloran, fábricas de bombones y helados, pistas y un sinnúmero de juguetes bombardean la pantalla chica, principal entretenimiento de los consentidos del hogar que suelen guiarse por lo que ven en TV para elaborar su carta al Niño Jesús.
Aunque todos estos productos parecen inofensivos, pueden convertirse en una amenaza si no se considera la edad para la cual están concebidos, debido a que pueden generar daños en el menor por mala manipulación.
No se trata de crear alarma sino conciencia entre los padres, quienes deben evaluar no sólo que a los pequeñines les guste el regalo sino que les convenga debido a que la publicidad, como es normal, resalta sólo las ventajas de la mercancía pero no acota la edad recomendable para usarla.
En tal sentido, para los menores de tres años se recomienda obsequiar juegos didácticos a propósito de estimular sus sentidos. Estos productos suelen ser accesibles no solo porque se encuentran en la mayoría de las jugueterías sino porque resultan económicos con respecto a otros regalos.
Si no le parece suficiente, hay productos más sofisticados que incluyen sonido, luces y tacos para que los pequeñines realicen varias actividades de manera simultánea. Estos resultan más costosos, alcanzan hasta los 1.500 bolívares fuertes.
A esta edad se debe tener precaución con piezas pequeñas que puedan ser llevadas a la boca por los curiosos infantes, por lo que no es recomendable darles Barbies o muñecos acompañados por diminutos accesorios que, de ser tragados, pudieran generar asfixia mecánica y un gran susto innecesario.
Regalos tecnológicos
Los padres que se dejan llevar por las peticiones de sus vástagos sin siquiera pensar en las posibles consecuencias, suelen dar regalos que incluso son para adultos a menores de 7 años, quienes sienten afinidad por la tecnología.
Así resulta normal ver a niños manipulando teléfonos inteligentes antes de uso exclusivo de los altos ejecutivos; en tal sentido, los vendedores recomiendan a quienes buscan regalos tecnológicos para sus hijos menores de 10 años que opten por las pequeñas computadoras que son producidas para los niños que deciden imitar a sus padres.
“Aparte de ser considerablemente más económicas que un Blackberry, por poner un caso específico, traen juegos didácticos acordes a la edad del niño y no se tiene el riesgo de que entren en contacto con personas extrañas que de una u otra forma agreguen al popular pin o por las redes sociales, donde cada día se suelen ver más usuarios de menos de 10 años que parecieran no contar con supervisión alguna y dan rienda suelta a pederastas y toda clase de depravados”, comentó un vendedor consultado en una juguetería ubicada en el centro comercial La Cascada, en Carrizal.
-Los niños deben ser tratados como niños. En tal sentido, debemos rescatar los regalos tradicionales: muñecas, princesas y cocinitas para las niñas, y pistas, bicicletas y patinetas para los varones, quienes ya tendrán la oportunidad cuando sean adultos de manipular la tecnología. Yo soy un padre conservador; amo que mi hija de 4 años, que es sumamente inteligente, aún crea en el Niño Jesús y que mi pequeño de 7 años todavía juegue con carritos que sobrevivieron a mi infancia.
Otros regalos “peligrosos” que han cobrado auge en los últimos tiempos son unas pequeñas motos, hay versión dos y cuatro ruedas, las cuales son recomendadas a partir de 16 años y se obsequian a niños de 5.
Desaciertos
Siendo el 24 de diciembre una fecha para los consentidos del hogar, sus sugerencias deben ser tomadas en consideración para que no terminen decepcionados al no ver debajo del árbol de Navidad lo que le pidieron con ilusión al Niño Jesús.
Psicólogos infantiles hablan de negociar con los niños y guiar sus peticiones hacia opciones razonables no sólo de uso sino de economía porque hay padres que sacrifican el presupuesto para complacer a sus hijos, quienes después de una semana de “matar fiebre” deciden dejar el caro obsequio a un lado.
“Si una niña de 6 años pide un teléfono inteligente se le dice que cuando sea más grande, que es un producto para ser usado por adultos y se le lleva a una juguetería para que escoja algo adecuado a su edad. No hay que dejarse influenciar por el entorno, pues hay padres que sucumben cuando sus hijos le dicen que lo quieren porque es el único de su salón de clase que no tiene el aparato. Los padres son los adultos de la relación y deben tomar decisiones que tal vez enojen al niño al instante pero que luego olvidarán”.
Johana Rodríguez
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