Con la muerte de Gregory Mijares (16) y José Gregorio Sánchez (18), son tres los hermanos asesinados este año de un total de siete que tiene su padre. El 30 de agosto pasado, fue asesinado Adrian Sánchez, de 20 años de edad, cuando sostuvo un presunto enfrentamiento con funcionarios de Polihatillo. La tercera víctima fue José Gabriel Valero Bastidas, de 14 años
En la calle principal de Sisipa, en el municipio El Hatillo, quedaron tendidos la noche del domingo los cadáveres de José Gabriel Valero Bastidas, de 14 años de edad y de los hermanos Gregory Mijares, de 16 años y José Gregorio Sánchez, de 18.
Los tres jóvenes fueron acribillados a tiros en la vía pública, a las 10:45 de la noche cuando delincuentes a bordo de un vehículo se bajaron y abrieron fuego sin mediar palabras.
En sus casas estaban sus familiares. Algunos dormían cuando despertaron por el sonido de los disparos que se registraban muy cerca de sus viviendas. Al salir hallaron los tres cuerpos sin vida en la calle, mientras que los homicidas desaparecieron sin dejar rastro.
Las madres de los fallecidos se encontraron este lunes en la morgue de Bello Monte, pero el temor a represalias les impidió hablar del hecho. Desconocen la identidad de los asesinos de sus hijos, quienes crecieron y se criaron juntos en el barrio.
José Gabriel Valero Bastidas, abandono sus estudios de bachillerato en Caucagua, estado Miranda, para trabajar por su cuenta. Los hermanos por su parte, trabajan la construcción con su padre. Eran hijos de madres distintas y tenían distintos apellidos, pero compartían su afinidad.
Con la muerte de Mijares y Sánchez, son tres los hermanos asesinados este año de un total de siete que tiene su padre. El 30 de agosto pasado, fue asesinado Adrian Sánchez, de 20 años de edad, cuando sostuvo un presunto enfrentamiento con funcionarios de Polihatillo.
Los deudos de las víctimas de triple asesinato, aseguraron sentirse a merced del hampa. Dijeron que la policía municipal sólo acude cuando «van a matar a alguien». Esperan que se haga justicia por las muertes y que cesen las pérdidas de sus seres queridos a manos de la delincuencia. Los tres amigos serán velados en el mismo sector donde vivía, a merced del miedo de que los criminales vuelvan. «Pero que puede hacer uno, si esa es nuestra vida y no tenemos adonde ir», comentó una de las mujeres.