Bolivia y Ecuador ya están en condiciones de arreglarse solos sin tutelaje de Caracas (Bolivia acaba de colocar un emisión de deuda pública a menos de 5% cuando Venezuela debe pagar el doble)
El deterioro de la salud del Presidente ocupa amplios titulares tanto dentro de Venezuela como en muchas partes del mundo y especialmente en nuestro continente.
En lo interno -lamentablemente- se hace notar una vez más la polarización que arropa todo en nuestro país, desde quienes lamentan sinceramente el desarrollo de la enfermedad presidencial, los que falsamente expresan en público deseos de mejoría hasta los que son capaces de solazarse ante la infausta noticia.
Será por eso, entre otras cosas, que el vicepresidente Maduro enfocó su reciente discurso pidiendo que ante la difícil circunstancia cese el «veneno» y se restituya aunque sea temporalmente el tradicional sentimiento de generosa solidaridad que siempre ha caracterizado a nuestro gentilicio.
En el campo internacional es evidente que un desenlace que culmine con la posible desaparición y/o incapacidad de Chávez debe estar siendo objeto de análisis y cálculos ya que tal escenario afectaría en forma negativa a diversos actores, especialmente a aquellos que en mayor o menor grado dependen de la cooperación venezolana manifestada en dádivas sin contraprestación alguna salvo la solidaridad política.
Ellos pueden temer -con mayor o menor razón- que ante una crisis venezolana sumada a la difícil coyuntura que ya afecta al Gobierno, quien asuma la conducción se vea en la necesidad y/o presión de reducir o descontinuar esos desembolsos que resultan cada vez mas pesados en lo económico y menos rentables en el ámbito de la política interna.
Sería el caso de Cuba -cofundadora del ALBA- donde ya se percibe sin disimulo la amenaza de la posible reducción o desaparición de la «cooperación» venezolana que volvería a sumir a esa isla en una situación similar o peor a la de la década de los noventa cuando de golpe perdieron el apoyo de la URSS ante la disolución de aquel bloque.
Dentro del mismo bloque ALBA está el caso de Nicaragua donde el grueso de la acción gubernamental se sustenta en la dádiva venezolana canalizada sin contraloría alguna por el presidente Daniel Ortega quien además perdería su mayor fuente de rentabilidad política.
Ni que decir de la «chulocracia» caribeña que difícilmente pueda sustituir al «tío rico» que afloje su propina cada vez que se le extienda la mano pedigüeña. De paso se sugeriría tener en cuenta que varios de estos receptores de la generosidad venezolana son de los que reiteradamente nos dan la espalda cuando sus otros intereses así se lo requieren.
Bolivia y Ecuador ya están en condiciones de arreglarse solos sin tutelaje de Caracas (Bolivia acaba de colocar un emisión de deuda pública a menos de 5% cuando Venezuela debe pagar el doble).
También habrá quien se beneficie como es el caso de los tenedores de bonos soberanos venezolanos o de Pdvsa cuya cotización ha demostrado una y otra vez que baja cuando parece que Chávez gana el control y sube cuando parece que pudiera salir de escena. Sin entrar a calificar la anterior conducta es evidente que la misma refleja el pensamiento de quienes en definitiva apuestan sus reales en el presente y futuro de Venezuela.
Adolfo Salgueiro