El gobierno considera que estos hechos son instigados por los líderes sindicales Hugo Moyano y Pablo Micheli, organizadores de una masiva marcha el miércoles pasado en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada
BUENOS AIRES. Dos personas fallecieron y otras dos fueron heridas de gravedad en saqueos a supermercados en la industrial Rosario, tercera ciudad de Argentina, en una sucesión de ataques similares en otras cinco poblaciones, que dejaron además cerca de un centenar de heridos y casi 300 detenidos.
Los saqueos se producen en medio de un clima de malestar de sectores de clase media y sindicatos enfrentados con la presidenta Cristina Kirchner, que se han movilizado en los últimos meses en reclamo de reivindicaciones salariales y contra la inseguridad.
El gobierno considera que estos hechos son instigados por los líderes sindicales Hugo Moyano y Pablo Micheli, organizadores de una masiva marcha el miércoles pasado en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada.
«Hay un sector que quiere el caos y teñir de sangre a la Argentina en estas fiestas», dijo el viceministro de Seguridad, Sergio Berni, a Radio 10 en la turística ciudad de Bariloche, donde comenzó la sucesión de ataques y luego de que el gobierno federal envió unos 400 gendarmes para apoyar a la policía local que había sido desbordada por los manifestantes.
De su lado, Moyano, líder del poderoso sindicato de los camioneros y de un sector de la central sindical peronista CGT, dijo sobre los saqueos que «hay muchísima necesidad y esto se ha expresado desgraciadamente en esto», afirmando no poder imaginar que «esto pueda ser organizado por alguien».
En rueda de prensa, el sindicalista negó cualquier participación en los hechos y adelantó que los funcionarios tendrán que dar cuenta ante la justicia por sus acusaciones.
Además de Rosario (centro-este, 1,2 millones de habitantes), ciudad industrial y polo exportador agrícola, donde se registraron dos muertos, los ataques a comercios y supermercados se multiplicaron en las ciudades de Bariloche (sur), Resistencia (noreste), así como en Zárate, Campana y San Fernando (periferia norte), que dejaron cerca de un centenar de heridos y casi 300 detenidos.
«Dos personas fallecieron y otras dos están heridas de gravedad por los hechos de ataques a supermercados» en Rosario, dijo Matías Drivet, secretario de Seguridad de Santa Fe (centro-este).
Drivet dijo que una de las víctimas murió por herida de arma blanca y la otra de un balazo durante los hechos, que calificó de «vandálicos y organizados» entre la noche del jueves y la madrugada del viernes, y que afectaron a supermercados de barrios periféricos de Rosario, cuyos propietarios son de origen chino.
Luis Lamberto, ministro de Seguridad de la provincia de Santa Fe, del Partido Socialista y opositor a Kirchner, coincidió con el gobierno federal al señalar que detrás de esos hechos hubo «instigadores» y negó que estén relacionados con problemas sociales.
Los saqueos se desencadenaron el jueves en barrios periféricos de la turística villa andina de Bariloche, donde manifestantes -varios de ellos encapuchados- se llevaron electrodomésticos de la tienda Changomás, de la estadounidense WalMart, y de otros centros comerciales.
La principal fuente económica de Bariloche (50.000 habitantes) es el turismo. Los bolsones de pobreza extrema en la periferia de la ciudad contrastan con los hoteles de lujo para visitantes.
«Llevarse un (televisor) plasma no es hambre, sino un hecho vandálico», dijo a su vez el gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli, un aliado de la mandataria, en cuyo territorio se produjeron incursiones en comercios y supermercados de Campana, Zárate y San Fernando.
Scioli, a cargo de la más poblada y poderosa provincia argentina, aludió a una comparación entre los actuales saqueos, cuando los manifestantes se llevan televisores y electrodomésticos, y los ocurridos en 2001, en los que se llevaban comida durante la peor crisis económica de la historia del país.
AFP