Te sorprenderá leer sobre los muchos usos que se le adjudican al onoto en varios países de Latinoamérica más allá del que se asocia a temas culinarios en nuestro país y sobre todo en estos tiempos decembrinos. La tradición oral refiere a diversos empleos de distintas partes de la planta en áreas productivas, médica y culinaria.
¿Qué es y de dónde viene?
El onoto es un arbusto desarrollado con aspecto de pequeño árbol cuyo nombre científico en Bixa orellana. Se conoce comúnmente como achiote, bija, bijo, cartuco, urucú, uñañé, eroyá y pumacoa en distintos países. Es originario de América y tiene una gran adaptabilidad a una amplia gama de condiciones agroecológicas.
Como condiciones agroecológicas para su crecimiento óptimo podemos apuntar que crece entre 0 y 1.200 metros sobre el nivel del mar, a una temperatura media entre 19 y 27°C, bajo regímenes entre 1.200 y 2.500 mm de precipitación, aunque también puede ofrecer buenos rendimientos bajo condiciones de poca precipitación con uso de riego mecanizado.
Puede crecer bajo regímenes flexibles de radiación, con nubosidad o a pleno sol, y también presenta una amplia gama de plasticidad ante el crecimiento en distintos tipos de suelo adaptándose a desarrollarse tanto en suelos arenosos como arcillosos, siempre que tengan buen drenaje. También puede observarse amplia tolerancia ante las condiciones de acidez de los suelos soportando rangos desde ácidos (pH de 4.3) hasta alcalinos (pH de 8.5). Es medianamente tolerante a condiciones de salinidad
Esta condición de tolerancia relativamente amplia a características ambientales ofrece oportunidades para su cultivo en distintas regiones de nuestro país. Su rendimiento anual puede alcanzar los 6 kg de semilla seca/planta. Las cosechas industriales comienzan a rendir frutos al tercer año de haber comenzado la plantación y los individuos plantados se mantienen productivos por al meno 18 años de edad.
Las semillas comienzan a cosecharse cuando abren las primeras cápsulas, así se llaman sus frutos, y éstas deben cosecharse en días soleados y exponerlas al sol para favorecer el secado y un mayor rendimiento, evitando también contaminación por patógenos.
Lo no conocido
En el área productiva el onoto destaca por sus propiedades colorantes. Sus usos en la industria alimentaria se remontan hasta la coloración de mantequillas y quesos, por cierto es el único colorante amarillo natural aceptado en muchos países del mundo ya que otros de origen artificial han sido cuestionados por algunas opiniones médicas.
No nos olvidamos de nuestras hallacas, plato tradicional navideño en el cual, el onoto es fundamental. La gente dice “Nada mejor que una hallaca amarillita”, el onoto le confiere un carácter a la masa entre ahumado y dulce.
Desde tiempos remotos destaca su protagonismo esta planta, nuestros aborígenes maceraban las semillas y el aceite coloreado lo usaban tanto como repelente natural contra la plaga como para teñir sus cuerpos y acicalarse en lo personal. De allí que no es extraño intuir su uso actual en la industria cosmética. Hoy día, también nosotros, sin saberlo, usamos al onoto como parte de nuestro embellecimiento, como ingrediente primordial en algunos de los cosméticos comunes.
La capacidad de los extractos de onoto para dar color de tonalidades entre rojo y amarillo ha sido usada también en la industria de la construcción empleándose como pigmentos para cerámicas y barnices con una amplia aceptación entre los consumidores. No se quedan atrás otras industrias donde se aprovechan estas características, la industria de fabricación de ceras para pisos y su uso en tintorerías.
Uso médico
Lo que nosotros conocemos hoy día como radio bemba operaba desde tiempos remotos y constituía una de las formas más eficaces para comunicarse y sobrevivir cuando no existían tecnologías de comunicación avanzadas ni estaba desarrollada la industria farmacéutica.
Se ha podido compilar información a través de la tradición oral en los pueblos latinoamericanos y se ha encontrado coincidencia con usos medicinales del onoto. Las semillas se consideran como fuente rica en vitamina C, hierro y proteínas. De igual forma el conocimiento popular establece que las semillas machadas o el aceite de onoto extraído de ellas, es un excelente cicatrizante cutáneo, como también es un formidable desinflamatorio y protector contra el herpes zóster.
La hoja de onoto en infusión, machacada se ha reportado en libros de medicina indígena como antidiarréica, tónica, digestiva, laxante suave, diurética, mitigante del dolor causado por inflamación de las hemorroides y sanadora del hígado.
Se ha reportado también al aceite de onoto como fuente de tocotrienoles, compuesto miembros de la familia de la vitamina E, con propiedades antioxidantes, usado en la prevención del cáncer.
Toda esta información que pasa de generación en generación es analizada por la industria farmacéutica y médica, utilizada posteriormente de acuerdo a las normas sanitarias y estudios científicos, en la producción de sustancias activas, artificiales o no, para tratamientos médicos. De allí que tanto el estudio de la botánica, como la tradición oral, patrimonios natural e inmaterial de un país, son de importancia suprema para su desarrollo armónico y sustentable.
En Venezuela se produce una pequeña cantidad de onoto pudiéramos mejorar estas cifras e incluso hasta exportar a distintos países donde se usan sus pigmentos y sustancias activas en distintas industrias. La naturaleza nos tiene servida en bandeja de plata esta oportunidad.
(*) Bióloga. Ecóloga. Analista Ambiental. Premio Europa al Desarrollo Sustentable. Actualmente se desempeña como Directora de Ecología y Ambiente de la Gobernación del estado Miranda. Twitter @eapallotta
Evelyn Pallotta
eapallotta@gmail.com