El ataque, en el pueblo de Halfaya, dejó cadáveres y escombros regados por una calle. Más de una decena de muertos y heridos quedaron atrapados bajo montones de tierra y escombros
BEIRUT, Líbano. Un ataque de la fuerza aérea siria contra una panadería en un poblado bajo control de las fuerzas rebeldes en el centro de Siria mató el domingo a más de 60 personas, denunciaron activistas, eclipsando una visita del enviado internacional a cargo de las negociaciones para dar fin a la guerra civil siria.
El ataque, en el pueblo de Halfaya, dejó cadáveres y escombros regados por una calle. Más de una decena de muertos y heridos quedaron atrapados bajo montones de tierra y escombros.
Al parecer, el ataque del gobierno fue en respuesta a una ofensiva rebelde anunciada recientemente y que busca expulsar al ejército sirio de varias poblaciones del norte de la ciudad central de Hama. Halfaya fue el primer pueblo que fue «liberado» por los rebeldes y los activistas interpretaron el ataque del domingo como una venganza.
«Halfaya fue la primera y más importante victoria en la región de Hama», dijo Musab Alhamadi, un activista de Hama , a través de Skype. «Es por eso que el régimen los castiga de esta manera».
Se desconoció de inmediato el número total de muertos, pero el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, afirmó que más de 60 personas murieron en el ataque. El grupo dijo temer que aumente la cifra porque aproximadamente 50 de los heridos estaban en estado crítico.
El ataque coincidió con el inicio de una visita de dos días del representante de Naciones Unidas y la Liga Árabe de Lajdar Brahimi, quien se reunirá con funcionarios de alto rango del gobierno sirio.
Brahimi aparentemente ha logrado poco avance en las negociaciones en busca del fin de la guerra civil en Siria desde que asumió el encargo en septiembre, más que nada porque ninguna de las dos partes luce interesada en hacer concesiones.
Brahimi no habló ante los medios a su llegada a Damasco y se desconoce cuáles ideas nuevas podría presentar para avanzar en las negociaciones de un acuerdo de paz.
El viaje de Brahimi, su tercero a Damasco desde que tomó el cargo, lució complicado desde el principio.
En vez de tomar un vuelo directo a Siria como en su visita anterior, Brahimi aterrizó en Beirut y viajó por tierra a la capital siria a causa de los enfrentamientos que se registran cerca del aeropuerto de Damasco, dijeron funcionarios libaneses.
Los funcionarios, que hablaron bajo condición de mantener el anonimato porque no están autorizados a hablar con la prensa, dijeron esperar que Brahimi se reúna con el presidente Bashar Assad el lunes.
Mientras tanto, las condiciones de seguridad en Siria se han deteriorado, ya que las fuerzas rebeldes han extendido su control en el norte del país y cerca de la capital, e incursionado en varias bases militares, haciéndose de un arsenal valioso.
En una larga conferencia de prensa el domingo, el ministro de Información sirio Omran al-Zoubi repitió la aseveración de que el gobierno de Siria combate a grupos terroristas respaldados por potencias extranjeras que buscan destruir al país.
Al-Zoubi dijo que el gobierno está dispuesto a dialogar, pero que no así su contraparte.
Los grupos rebeldes se niegan a dialogar con Assad y exigen que ceda el poder.
La violencia continuó en diferentes partes del país el domingo. Activistas opositores al gobierno reportaron bombardeos aéreos en suburbios al este de la capital y en la provincia norteña de Alepo.
Los ataques aéreos en el poblado de al-Safira, al sur de Alepo, mataron a 13 mujeres y niños, entre ellos una madre y sus cinco hijas, denunció un activista sirio vía Skype. El activista sólo se identificó como Hussein, ante el temor de sufrir represalias.