No es tiempo de dramas, de lamentos ni de cuentos chinos. Es tiempo de demostrar qué está hecha la oposición luego de la pobre actitud para construir la unidad. El análisis arroja que el pueblo que adversa al gobierno no es capaz de dar un cheque en blanco por el simple hecho de ser demócratas. El juego continúa y nada está cantado. Por ahora, a disfrutar de las navidades.
Concluyo un ciclo electoral totalmente atípico y por supuesto y al gobierno nacional, en uso y abuso de su grosero ventajismo le salieron -con excepción de Miranda, Lara y Bolívar, las cuentas como le tenían planificadas.
Y hablamos de cuentas, no de números, porque si se analiza en profundidad, la tijera de la abstención corto para arriba y para abajo.
A la luz de los resultados, solo sorpresivos para los incrédulos y los(as) come flores, llama mucho la atención que algunos factores anclas de medios masivos como la televisión se han dedicado a reprochar a los abstencionistas o a los que votaron en contra de opositores, como si en este pais estuviéramos obligados a endosar un cheque en blanco a cuanto mequetrefe le dé por hacer carrera política bajo el simple y puro pretexto de militar en la oposición.
Quizás este es un ejemplo extremista, pero sirve para ilustrar que la voluntad de cada quien debe ser respetada y no es propiedad de nadie.
La oposición es una cosa y el liderazgo es otra. Hay quienes adversan a Chávez pero tampoco se identifican con la falta de alternativas que representan muchos de los llamados líderes de la oposición.
Recriminar sin autoridad moral a quienes se abstuvieron genera más bien rechazo y en vez de sumar, resta. Ya ocurrió una vez en Miranda con Enrique Mendoza, y el mundo no se acabó.
Lo conducente en todo caso es interpretar que el pueblo opositor aspira una posición más combativa, más unida y con dirigentes resteados.
Más combativa no quiere decir más violenta, sino más contundente. Más firme, menos blandengue y resteada a salir de este gobierno. Contra Chávez no se puede competir con una espada de juguete mientras el usa una de verdad.
Ahora bien pasando a revisar los resultados electores definitivamente mucha gente, Incluyendo a los líderes y opinadores, no han leído bien los resultados o sencillamente no quieren leerlos.
Si comparamos porcentualmente, la oposición sacó una votación nacional nada desestimable para la abstención que hubo y que corto, como dijimos al gobierno, para arriba y para abajo. Lamentablemente esos números no fueron suficientes porque aquí se jugaba a ganador, sin embargo privaron varios factores que de nuevo se convirtieron en crasos errores que no parecen ser superados como los ocurridos en Táchira y Monagas, que siguen siendo entre muchos otros, los que animadversan a la gente con el liderazgo opositor y terminan generando confusión, hastío y apatía. Resultado: abstención.
Entonces cabe la pregunta. Ante tanto desacierto. ¿Es conducente recriminar la abstención? Analicemos, hagamos una introspección, seamos sinceros y opinemos con propiedad. Frente a la coyuntura no hay tiempo que perder ni siquiera para lamentarse.
Históricamente las causas políticas se han hecho grandes en las peores circunstancias, de manera que ahora le toca a la oposición demostrar de que está hecha porque como bien dijo Pablo Pérez, no se necesita tener poder para luchar por las convicciones democráticas. Si sirve de consuelo para los y las come flores y los que no entienden a cabalidad la lucha política con sus intereses personales incluidos, este a nuestro juicio es el último capítulo de esta larga enciclopedia convertida en teatro del absurdo.
No hay más cuentos. Ni del gobierno ni de la oposición. En el gobierno, estas últimas elecciones dejaron una merma considerable, incluyendo la Abstención y para la oposición el camino es persuadir a esos 6 millones y medio de que la lucha continúa.
Por otra parte es importante tomar en cuenta que frente al ventajismo procaz hay que ver como en Miranda y Lara para tomar un ejemplo palpable con más votos se sacaron menos diputados.
Esto es una muestra de que la victoria del gobierno es ficticia, absolutamente irreal. Y de eso tienen conocimiento pleno.
Lo que ocurre es que mientras ellos fortalecen su mentira, del lado opositor se alientan las discordias atizados por unos “líderes de opinión” forjados al calor de las cámaras y flashes sin tener la más remota idea de qué significa subir un cerro ni compartir con la gente la aspiración de tener un país mejor.
A nuestro juicio, no se ha perdido nada. Comienza un nuevo ciclo. El balón está del lado del gobierno y dudamos que ante tantas circunstancias adversas, entre ella los designios de la inapelable Ley Divina la fantasía revolucionaria perdure.
Probablemente en otros escenarios, con protagonistas distintos surgidos de la vena revolucionaria, las cosas cambien si se suplanta el radicalismo, pero por ahora, los objetivos propuestos se ven lejanos.
Así que nuestro mensaje en tiempo al concluir el año, es que el juego no ha concluido. Se terminó el libro, pero la vida sigue. Siempre habrá Venezuela, pero hay que hacer un esfuerzo por encontrar la brújula perdida, la sindéresis, el sentido común y el coraje para salir de esta pesadilla.
Feliz Navidad
La de hoy es nuestra última columna del año. Nos mueve el deseo de pasar unos días de reflexión en medio del cobijo familiar. A TODOS, una feliz navidad unidos en medio del maravilloso ejemplo que nos dio la estrella de Belén.
Mucha fortaleza a quienes pasan malos momentos. Pedimos porque este país se reencuentre en la nochebuena pediremos por los que menos tienen. En año nuevo brindaremos por el porvenir del país.
A todos muchas bendiciones. No las merecemos porque somos ciudadanos del mejor país del mundo.
Feliz Navidad y buen año 2013!
Nos vemos en enero.
La Página de Jairo Cuba
Twitter: @jaircuba