Al menos cuatro tripulantes murieron hoy cuando un avión de pasajeros ruso se salió de la pista de aterrizaje al intentar tomar tierra en el aeropuerto internacional de Vnúkovo y fue a parar a una autopista en las afueras de la capital rusa.
Según las agencias locales, entre los muertos figuran el comandante, el segundo piloto, el ingeniero y una de las azafatas del TU-204 de la compañía Red Wings procedente de la República Checa y que no transportaba pasajeros.
Mientras, entre los otros cuatro tripulantes que viajaban en el aparato también hay tres personas heridas de gravedad que han sido ingresadas en hospitales cercanos con traumatismos craneoencefálicos.
Debido al aterrizaje de emergencia en el avión se declaró un incendio en uno de sus alerones que ya ha sido sofocado por los equipos de bomberos, informó el Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia.
En las imágenes de la televisión se puede ver cómo el Túpolev se partió en tres partes tras colisionar y derribar la valla que separa las instalaciones del aeropuerto de la autopista Kíevskoye de la capital rusa.
La cabina del avión cayó sobre la calzada de la autopista ante el asombro de los conductores que circulaban a esa hora a la altura del aeropuerto.
Precisamente, los conductores particulares fueron los primeros que acudieron en socorro de los tripulantes, les ayudaron a abandonar el aparato accidentado y les practicaron los primeros auxilios.
«Regresaba a mi casa por la autopista cuando de repente vi un avión en la carretera. Vi como a una de las azafatas heridas se la llevaban los servicios de emergencia. Otra yacía muerta en una camilla y junto a ella se encontraba un pope», señaló una testigo, Yekaterina, al diario digital Gazeta.ru.