«El pueblo de Venezuela seguirá marcando la pauta de esta revolución más allá de que nosotros perdamos un liderazgo», afirma a la AFP Miguel, portavoz de uno de los consejos comunales del popular barrio 23 de enero, bastión del chavismo en Caracas.
Los chavistas están empezando a perder el miedo a hablar de un futuro sin Chávez en la presidencia, después de tres semanas de hospitalización en La Habana tras la cuarta operación contra un cáncer, dispuestos a asumir un rol protagónico para llevar adelante los proyectos del mandatario.
«El pueblo, las clases oprimidas van a tomar el mandato» para continuar el camino trazado por Chávez, precisa Miguel en la plaza 4 de febrero, fecha de su golpe de estado fallido en 1992, ubicada en el centro de este barrio donde existen varios grupos armados que defienden a Chávez.
Pero este archivista en el Poder Judicial, que dedica todas las tardes y fines de semana a atender los problemas de los vecinos y a coordinar actividades en el barrio, niega que Venezuela vaya a quedarse sin Chávez, de 58 años.
«El pueblo ve a Chávez invencible. Chávez volverá. Veremos a nuestro comandante Chávez sano, veremos a nuestro comandante Chávez libre de todo mal y hoy día lo esperamos con mucho entusiasmo», relata con pasión Miguel, de unos 35 años, que lleva una gorra negra con un pin en el centro del Che Guevara.
Miguel está orgulloso de la transformación que ha experimentado el 23 de enero desde que Chávez llegó al poder hace 14 años. Según cuenta, pasó de la suciedad y el tráfico de drogas a ser un barrio ordenado, con escuelas, centros de atención primaria, transporte público y parques.
Destacan en el paisaje urbano los murales pintados en calles y plazas sobre varios líderes revolucionarios mundiales, entre ellos el Che Guevara, el zapatista subcomandante Marcos, el abatido líder libio Muammar Gadafi o el fallecido guerrillero colombiano Manuel Marulanda, fundador y líder de las FARC.
Según él, el «proyecto revolucionario» debe continuar. Por eso declara con voz firme que apoyará la continuidad del chavismo «si la línea es con (el vicepresidente) Nicolás Maduro», a quien el mandatario designó como su sucesor cuando anunció la última recaída del cáncer. «La decisión del comandante Chávez la vamos a respetar», subraya.
De la misma forma piensa Elisabeth Torres, una mujer de unos 50 años que vende golosinas, juguetes y recargas de celulares frente a la plaza 4 de febrero, donde reina el ambiente familiar y la gente se reúne en corrillos para charlar, mientras se oye de fondo la salsa.
«Vamos a seguir como él lo dijo. Vamos a seguir contando con el apoyo de la persona que él deje» al frente del país, asegura. «Así como confiamos en Chávez, tenemos que confiar» en la persona que suceda al presidente, que cuenta con mucho apoyo sobre todo entre las clases más desfavorecidas.
Esta mujer menuda, cuyo rostro refleja una vida de experiencias duras, no puede estar más agradecida con Chávez: hace 10 meses el gobierno le entregó un quiosco para que dejara de vender sus productos en la calle, como hizo durante ocho años, sufriendo las inclemencias del tiempo.
Torres presume de vivir en un barrio rehabilitado, donde «todos somos un grupo», «todo gracias a nuestro presidente». Por eso se emociona al recordar el delicado estado de salud de Chávez. «Tengo mucho dolor. Todos los días le pido a mi Dios que no me lo vaya a dejar», confiesa, con la voz totalmente quebrada y los ojos en lágrimas.
Pero en el 23 de enero reina la convicción de que Chávez es inmortal y que pronto volverá a Venezuela, repuesto. «Mi comandante va a regresar nuevamente ahorita, para la toma de posesión, reforzado», asegura Alexander Franco, un asistente social, junto a una pared que sigue conservando los lemas electorales de las presidenciales del 7 de octubre, que Chávez ganó.
De igual forma se expresa Gustavo Márquez, quien reivindica que el optimismo es una de las características del chavismo. «Por eso nosotros no pensamos en que Chávez nos falte. Chávez va a estar siempre con nosotros». Como describe Miguel, la enfermedad es sólo «una piedra más en el camino». Pero Chávez es el futuro, aseguró.