La Asamblea Nacional venezolana inicia sus sesiones este sábado en el marco de un agrio debate entre el gobierno y la oposición sobre la juramentación prevista para el jueves del presidente Hugo Chávez, hospitalizado en Cuba en grave estado.
El gobierno convocó a sus partidarios a manifestarse frente a la sede del parlamento (unicameral) para evitar, según declaró su presidente, Diosdado Cabello, que la oposición utilice la sesión para «conspirar contra el pueblo».
El mandatario, de 58 años, está aquejado de una «insuficiencia respiratoria» derivada de una «severa infección pulmonar», a más de tres semanas de haber sido operado de un cáncer.
El gobierno sostiene que la juramentación de Chávez, prevista por la Constitución para el 10 de enero ante la Asamblea Nacional, es un mero «formalismo», y que el propio texto prevé que en caso de imposibilidad, pueda hacerlo ante el Tribunal Supremo de Justicia, sin fijar fecha.
La oposición insiste en que si el jefe de Estado no puede tomar posesión, debe hacerlo en forma temporaria el presidente de la Asamblea Nacional, que debe ser elegido este sábado. Según la oposición, el 10 de enero termina el mandato de Chávez, y por ende de todo su gabinete, y si no asume la presidencia para su tercer mandato, debe declararse la «falta temporaria» del Jefe de Estado.
El debate constitucional se da en el marco de una fuerte conmoción de los seguidores de Chávez por su grave estado de salud y de acusaciones por parte del gobierno contra la oposición de que está tramando «un golpe de estado» para sacar al mandatario del poder.
Cientos de personas vestidas con las tradicionales camisetas rojas estaban concentradas en la mañana del sábado frente la Asamblea Nacional, en el centro histórico de Caracas, para apoyar al presidente. «¡Y volverá, y volverá el comandante volverá!». «¡Chávez te amamos, y aquí te esperamos!», gritaban los simpatizantes del mandatario.
«Que la oposición sepa que no estamos dormidos y que aquí no va a haber transición porque nuestro comandante se está recuperando», aseguró a la AFP Santiaga Aponte, de 51 años, empleada en varios programas sociales del gobierno.
Según el analista Luis Vicente León de la encuestadora Datanálisis, el gobierno aplicará su tesitura sin que nadie pueda impedirlo. «No hay instituciones independientes ni organizaciones políticas sólidas que puedan evitar una juramentación suspendida», indicó, y estimó que el gobierno «basará su estrategia en la idea de que Ch(ávez) es un presidente en ejercicio y no electo», en tuits publicados este sábado en su cuenta @luisvicenteleon.
Cabello, de 49 años, actual número dos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV-oficialista) y considerado como de línea dura, debería ser reelecto este sábado como presidente de la Asamblea Nacional, coinciden los analistas.
«Que nadie se equivoque, esa Asamblea Nacional es revolucionaria y socialista, (y) seguirá al lado del Pueblo y de nuestro Comandante», señaló el viernes en su cuenta en Twitter este exteniente que participó en la intentona golpista fallida de Chávez en 1992.
Los diputados de la oposición, un 40% del total, llegarán a la sede del parlamento rodeados de partidarios de Chávez, bajo la acusación lanzada el viernes de noche en su contra por el vicepresidente Nicolás Maduro, de que intentan un «golpe» contra el presidente, y de estar en el origen de rumores tenebrosos sobre su salud.
Chávez, hospitalizado desde el 11 de diciembre en Cuba tras pasar por una cuarta cirugía contra un cáncer, estableció que en caso de que quede inhabilitado para ejercer la presidencia, quien debe asumir interinamente es Maduro -de 50 años y también canciller- y lo consagró a su vez como el candidato del PSUV a la presidencia en caso de que haya que convocar a elecciones.
Las «declaraciones de Maduro (del viernes) ratifican la idea de que el objetivo central es mantener empoderado al sustituto designado por Ch(ávez)», consideró León al destacar que «para el chavismo, (el) objetivo central es que su potencial candidato futuro se mantenga en cabeza de gobierno».
El delfín de Chávez, un ex sindicalista del Metro de Caracas considerado como un hombre de diálogo y pragmático, fue criticado en la noche del viernes por el líder opositor, Henrique Capriles, derrotado por Chávez en las elecciones presidenciales de octubre.
«Creo que Maduro no aguantaría muchos rounds en una contienda presidencial. No calza la responsabilidad que le dieron», escribió en un tuit Capriles, que obtuvo el mejor resultado electoral de un opositor contra Chávez, 44% contra 55% del presidente.
AFP