Debido al colapso de las aguas negras, las familias se vieron obligadas a romper la tubería de aguas servidas para evitar que el líquido se rebosara por los inodoros de las viviendas
Con un río de aguas servidas, fuera de su cauce, deben lidiar diariamente los vecinos de la calle Caroní del sector San Basilio, en el municipio Tomás Lander, quienes aseguran verse afectados por la circulación del líquido putrefacto en los las vías principales, además de la proliferación de mosquitos, ratas y enfermedades, por el colapso de las redes de cloacas.
Así lo denunciaron los residentes de la zona, quienes señalaron que padecen la problemática desde hace 6 meses, por lo que tuvieron que romper la tubería de aguas negras para evitar que saliera por los inodoros y desagües internos de las viviendas, ya que el alcantarillado se encuentra repleto de basuras y desechos.
“Queremos que el alcalde Julio César Marcano se apersone a la comunidad y nos solucione esta situación que está afectando a los niños y ancianos”, expresó Altagracia Sanoja, una de las afectadas, al indicar que los más perjudicados por el bote son las familias que viven en la calle principal de San Basilio, puesto que la fuga de agua “piche” ha ocasionado filtraciones a las viviendas, generando graves daños a los pisos y paredes.
Ante esta problemática que aqueja a más de 50 familias del sector, los residentes formularon un llamado a la Dirección de Ingeniería de Ocumare, para que envíe una cuadrilla de obreros, a fin de destapar la tubería con la ayuda de un hidrojet. “En reiteradas ocasiones hemos acudido al Concejo Municipal de Ocumare y hemos expuesto el caso, pero hasta la fecha los ediles no nos han dado respuesta”, dijo Gerónimo Oropolte, quien reside en la calle Caroní, y señaló que el agua ha levantado el asfalto y el concreto de las aceras, impidiendo el libre tránsito a los peatones.
“Tengo un bisnieto de 2 años que se ha enfermado producto de los malos olores y la contaminación que hay en el ambiente. Yo padezco de migrañas y esta misma situación ha empeorado mi enfermedad. El olor es putrefacto, debemos mantener las puertas y ventanas cerradas para evitar que la fetidez impregne las casas cuando calienta el sol”, relató Sanoja, quien es de la tercera edad y además dijo que el dengue, las gripes y las infecciones en la piel están a la orden del día en el lugar.
Los conductores de vehículos particulares y choferes del transporte público, insisten en que son los más perjudicados con la problemática, pues detallaron que deben invertir grandes sumas de dinero, cada dos o tres meses, para reparar el tren delantero de sus vehículos o comprar repuestos, debido el mal estado de la vialidad. En este sentido, exigen ejecutar un plan de asfaltado vial para recuperar las calles que se encuentran en condiciones precarias, tal es el caso de la avenida principal de San Basilio, que además carece de alumbrado y de vigilancia policial.
MIP-TUY / Julio Materano
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