El papa Benedicto XVI pidió este lunes a los dirigentes mundiales que traten de reducir la creciente brecha entre ricos y pobres en regiones como Europa cuando reformen sus economías.
El Sumo Pontífice también usó su tradicional discurso de Año Nuevo ante diplomáticos acreditados en la Santa Sede para pedir el fin de la guerra civil en Siria y su creciente cifra de víctimas, muchas de las cuales son civiles inocentes.
También dijo que alberga esperanzas de que Jerusalén sea «una ciudad de paz y no de división».
Al hablar sobre el Medio Oriente, «la región privilegiada en los planes de Dios», el Santo Padre advirtió que la continuidad del conflicto en Siria sólo dejará «ruinas». El Papa dijo que esperaba que israelíes y palestinos se comprometan a una «coexistencia pacífica».
En referencia a la crisis económica europea, el obispo de Roma pidió a la Unión Europea que adopte «decisiones de amplio calado y difíciles» que fomenten el crecimiento. «Solos, algunos países quizá puedan avanzar más rápidamente, pero juntos, todos progresarán más», dijo.
Además de los temas del rendimiento del mercado de bonos y las tasas de interés, los líderes mundiales deben enfocarse en la «creciente brecha entre aquellos que se vuelven más acaudalados y los muchos que se vuelven más pobres», declaró Benedicto XVI al promover la enseñanza social de la Iglesia Católica, que aboga por atención especial a los necesitados.
La crisis financiera se enraizó, dijo, «porque la ganancia se volvió absoluta con demasiada frecuencia, en detrimento del trabajo, y por las descontroladas inversiones en las áreas financieras de la economía en lugar de atender a la economía real».
El pontífice exhortó a la gente a resistir las tentaciones de los «intereses de corto plazo» a expensas del bien común.
El jerarca católico también repasó una de sus preocupaciones más recientes: el uso de la religión como pretexto para la violencia. Dijo que el «dañino fanatismo religioso» ha producido muchas víctimas. Al repetir lo que dijo en su mensaje de Navidad, los cristianos en todo el mundo han sido blanco de este tipo de ataques, en especial en Nigeria.
AP