Sufrir este problema en la etapa de preñez, puede tener serias consecuencias ya que afecta la capacidad de una mujer de cuidarse su propia salud y la de su hijo, por ejemplo comiendo sano
La posible presencia de una depresión debería ser revisada en las mujeres embarazadas ya que un alto porcentaje de ellas cumple el criterio diagnóstico para este mal, concluyó una nueva investigación.
La depresión es una seria patología que se caracteriza por una tristeza profunda que no se va con el tiempo. Este mal suele ir acompañado de otros síntomas como dificultades para dormir, aumento o pérdida de peso, incapacidad para sentir placer, dificultades para concentrarse y pensamientos suicidas, entre otros.
Sufrir este problema en el embarazo puede tener serias consecuencias ya que afecta la capacidad de una mujer de cuidarse su propia salud y la de su hijo, por ejemplo comiendo sano. A su vez, esta tristeza profunda dificulta la generación del vínculo entre madre e hijo, que comienza a formarse durante la gestación. Además, la depresión aumenta el peligro de que una persona consuma sustancias como alcohol, drogas o cigarrillos, que también ponen en riesgo tanto la salud de la embarazada como de su bebé.
Además, la depresión aumenta el riesgo de tener un parto prematuro o un bebé de bajo peso.
• TRISTEZA PELIGROSA
Los investigadores del Departamento de Salud de Nuevo México (Estados Unidos) realizaron un estudio de dos meses y medio que incluyó a 467 mujeres embarazadas. En total, 109 de ellas (es decir cerca del 23%) tenía suficientes síntomas de depresión como para ser derivada a un especialista.
En vista de los resultados, los autores consideran que analizar la presencia de la depresión debería ser parte de la rutina de salud pre y post-natal. De hecho, opinan que los profesionales de la salud deberían recibir un mejor entrenamiento para contar con las herramientas necesarias para diagnosticar y tratar este serio problema.
Entre los síntomas principales de depresión en las mujeres embarazadas se cuentan el miedo, la ansiedad, el aislamiento de los seres queridos, los pensamientos suicidas, el daño a sí mismas, la tristeza constante, cambios en el apetito y la incapacidad para sentir placer.
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