La ausencia del presidente de la República, Hugo Chávez, deja en suspenso importantes decisiones sobre la economía fuertemente estatizada del primer productor suramericano de crudo, estimaron analistas, que citan como ejemplo una esperada devaluación de la moneda.
«Estamos viendo una parálisis de decisiones económicas» en el gobierno, dijo a la AFP el economista Orlando Ochoa, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello.
«Las decisiones (que afectan el) consumo e inversión están pospuestas hasta que eso se aclare», señaló por su parte Efraín Velásquez, presidente del Consejo de Economía Nacional, un ente consultivo del Ejecutivo.
Venezuela atraviesa una situación política inédita. Chávez, reelecto en octubre, está hospitalizado en La Habana por complicaciones de la operación contra un cáncer a la que se sometió el 11 de diciembre y el gobierno no ha informado cuándo podría volver.
En su lugar, el vicepresidente Nicolás Maduro quedó a cargo del gobierno, con tareas económicas y administrativas delegadas por Chávez, aunque no ha asumido temporalmente la presidencia.
El Tribunal Supremo de Justicia decidió hoy que Chávez podrá asumir cuando se recupere y Maduro y el gabinete por él nombrado seguirán en funciones.
Así, no está claro que esos poderes, que van desde decretar créditos adicionales al presupuesto nacional a expropiar bienes, entre otras funciones, den facultades a Maduro de devaluar la moneda local, el bolívar, que se cotiza a una tasa de 4,30 por dólar.
Según Ochoa, antes de viajar a Cuba, Chávez habría ordenado detener indefinidamente los ajustes, incluyendo un posible aumento de la gasolina – subsidiada, que a 0,04 dólares el litro es la más barata del mundo, recordando versiones publicadas entonces en la prensa.
Esta semana, el gobierno se mostraba más activo convocando reuniones con empresarios para combatir la escasez que afectó a algunos alimentos al inicio del año, pero la oposición lo acusa de estar paralizado. En los mercados internacionales, los bonos de deuda emitidos por Venezuela y la estatal PDVSA seguían perdiendo valor esta semana debido a la incertidumbre política.
Según el director de la firma Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, a los mercados les preocupa «la legitimidad de las decisiones que tome el gobierno después del 10 de enero».
Las expectativas de una devaluación eran altas para principios de 2013 como remedio contra desajustes como el déficit fiscal ubicado en 16% del PIB, la deuda pública del país por encima de los 150.000 millones de dólares (cerca de 50% del PIB), según cifras de esta consultora, y para aliviar presiones sobre el mercado cambiario.
En Venezuela, donde existe un férreo control de cambio desde hace casi una década, las divisas tienen una demanda «infinita porque el precio está muy por debajo del costo real», y en consecuencia se ha multiplicado el precio en el mercado paralelo del billete verde, cuyo valor está prohibido por ley difundir, apuntó Ochoa.
Según Ochoa, en el BCV «hay conciencia» de la necesidad de devaluar pero encuentra mayor resistencia en el ministerio de Finanzas. La medida, muy impopular, aceleraría la ya elevada inflación, que en 2012 fue de 26%k, en un país muy dependiente de las importaciones, luego que éstas alcanzaron el año pasado el récord de 56.357 millones de dólares, según el órgano rector .
La ausencia de Chávez incide con fuerza en el Ejecutivo en Venezuela, donde el Estado controla sectores estratégicos como petróleo, acero, cemento, es responsable del 39% de las importaciones y distribuye 30% de los alimentos,luego de una ola de estatizaciones de miles de empresas, según cifras de Ecoanalítica.
Pero el diputado Simón Escalona, del Partido Socialista Unido de Venezuela (en el poder), descartó una indecisión en el gobierno porque, señaló, Maduro «va a dar continuidad» al programa de gobierno de Chávez, resaltando que el gobierno «no está interesado» en una devaluación.
AFP