La insurgencia controla grandes trechos de la región norte, pero han sido incapaces de afianzarse en esos lugares porque ella y los civiles han sido blanco de ataques mortíferos de la aviación destacada en varias bases militares en la región
BEIRUT. Los rebeldes y combatientes de grupos islámicos en Siria capturaron el viernes una base aérea importante en el norte, donde, alentados con esta victoria intensificaron su ofensiva contra otras instalaciones militares en su campaña más enérgica a la fecha para debilitar la supremacía aérea que ha sido determinante para el sostén del régimen del presidente Bashar Assad.
La insurgencia controla grandes trechos de la región norte, pero han sido incapaces de afianzarse en esos lugares porque ella y los civiles han sido blanco de ataques mortíferos de la aviación destacada en varias bases militares en la región.
La base de Taftanaz, en la provincia norteña de Idlib, es la más grande que ha capturado la insurgencia a la fecha. La base es el mayor campo en el norte para los helicópteros que las fuerzas militares utilizan para atacar a los rebeldes y llevar provisiones a los efectivos del gobierno estacionados en el norte a fin de evitar el peligro de ataques insurgentes en los caminos.
Poco después de que capturaran la base aérea de Taftanaz, los rebeldes en la provincia vecina de Aleppo intensificaron sus ataques contra la base aérea de Mannagh y el aeropuerto internacional de la ciudad de Aleppo, que incluye una base militar. Desde la semana pasada, los rebeldes han intentado capturar ambas instalaciones así como un tercer aeródromo conocido como Kweires.
Estas acciones ocurrieron en momentos en que el enviado internacional Lakhdar Brahimi dijo que sentía poco optimista de una solución política para Siria, cuyo conflicto armado ha durado casi dos años. Brahimi hizo sus declaraciones el viernes al término de una reunión con diplomáticos del más alto rango de Rusia y Estados Unidos en la sede europea de las Naciones Unidas.
Brahimi, enviado especial de la ONU y la Liga Arabe para Siria, conversó con el vicecanciller ruso Mijaíl Bogdanov y el subsecretario de estado norteamericano William Burns. Las conversaciones son parte de los intentos de Brahimi para activar un plan internacional de paz que incluye la creación de un nuevo gobierno provisional en Damasco y que no se ha concretado a la fecha.
Brahimi conversó a finales de diciembre sobre el plan con Assad durante la visita que efectuó a la capital siria.
Días después, Assad pronunció en televisión un discurso desafiante y presentó su propio plan, propuso supervisar una conferencia nacional de reconciliación, rechazó cualquier diálogo con la oposición armada y juró que continuaría la lucha contra la insurgencia.
Los rebeldes de Jabhat al-Nusra, afiliada a al-Qaida, y de otros grupos islámicos, han combatido durante semanas en busca del control de la base, que tiene gran extensión. Penetraron en el lugar el miércoles por la noche. Los activistas dijeron que los rebeldes tomaron el control de inmuebles, municiones y equipo militar, después de un intenso enfrentamiento al amanecer.
«En este momento, los rebeldes tienen el control total de la base», dijo Mohamad Kanaan, activista que opera en Idlib. «Se negaron a rendirse. Los hemos instado a desertar desde hace 10 días, cuando comenzó nuestro ataque», dijo el narrador.
Baseem Mroue / AP