“La meta final de la verdadera educación es no sólo hacer que la gente haga lo que es correcto, sino que disfrute haciéndolo; no sólo formar personas trabajadoras, sino personas que amen el trabajo; no sólo individuos con conocimientos, sino con amor al conocimiento; no sólo seres puros, sino con amor a la pureza; no sólo personas justas, sino con hambre y sed de justicia”.
Este pensamiento, que evidencia la importancia de la educación, pertenece a John Ruskin, quien fue un escritor, crítico de arte y sociólogo británico y uno de los grandes maestros de la prosa inglesa de los años 1800, quien influyó notablemente en Mahatma Gandhi.
Al referirnos a la importancia de la educación, nos remitimos al papel de los maestros, quienes han desempeñado un vital rol en la historia de Venezuela, desde Andrés Bello y Simón Rodríguez en la lucha por la Independencia hasta docentes como Luís Beltrán Prieto Figueroa en el proceso de formación de la democracia, periodo durante el cual se reconoció la labor de los educadores, declarando un día de fiesta nacional para homenajearlos.
EDUCADORES CRIOLLOS
En 1930, cuando el dictador Juan Vicente Gómez gobernaba el país, el entonces Ministerio de Instrucción Pública inició un movimiento magisterial que no contaba con el apoyo de los maestros, razón por la cual tuvo una corta duración y como una reacción a la intromisión del gobierno en los asuntos gremiales, un grupo de educadores, se reunió, el 15 de enero de 1932, para fundar una agrupación que defendiera los derechos de los maestros, mejorara la educación en el país y protegiera al niño venezolano.
Fue así como se creó la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria (SVMIP), organización que actualmente se conoce con el nombre de Federación Venezolana de Maestros. La SVMIP comenzó a trabajar por el mejoramiento de la educación en Venezuela que, para aquel entonces, sufría de elevados índices de analfabetismo.
Entre sus fundadores se encuentran Miguel Suniaga, Víctor M. Orozco, José Antonio López, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Santiago Schenelle, Luis Padrino, Rosa de Vanegas, María Teresa Landaeta y Margot Lares. La primera junta directiva de la Sociedad quedó integrada por Miguel Suniaga como presidente, Víctor Manuel Orozco en la vicepresidencia, José Antonio López como secretario y Ana Gertrudes en la tesorería. Luis Beltrán Prieto Figueroa propone el nombre de la naciente sociedad.
La organización magisterial fundó la “Revista Pedagógica”, que se transformó en el órgano divulgativo del gremio y en 1934, realizaron un seminario para discutir las deficiencias del sistema educativo del país. Al gobierno dictatorial de Gómez no le gustó mucho las acciones de los maestros, razón por la cual el Ministerio de Instrucción Pública ordenó a los docentes separarse de la SVMIP.
Los maestros siguieron luchando en la clandestinidad por el desarrollo de la educación venezolana, hasta la muerte del dictador Juan Vicente Gómez en 1936, cuando se convocó a una asamblea nacional de docentes en la que se fundó la Federación Venezolana de Maestros.
Durante el gobierno del general Isaías Medina Angarita, la Federación Venezolana de Maestros encaminó sus labores hacia la modernización de la educación y la mejora de las condiciones de los educadores. El joven gobierno democrático prestó completa colaboración al trabajo del magisterio y finalmente reconoció la importancia de su labor decretando la celebración del “Día del Maestro”, el 15 de enero de cada año.
Entre 1949 y 1958, durante la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, el movimiento magisterial se vio disminuido, ya que muchos de los maestros que habían participado activamente en el mismo tuvieron que salir del país, debido a que estaban ligados al destituido gobierno democrático.
En medio el mandato de Pérez Jiménez, en 1952, la celebración del “Día del Maestro” fue cambiada al 29 de noviembre, natalicio de Andrés Bello, pero tras la caída de la dictadura, a partir de 1959, fue retomada la fecha que había sido fijada inicialmente por Medina Angarita en 1952 y en la que actualmente se rinde homenaje a los maestros venezolanos.
Sin embargo, atrás han quedado los años en los que el maestro era reconocido como un ser de gran sabiduría cuyas enseñanzas, consejos y directrices debían seguirse a cabalidad, pues ha pasado a convertirse en un luchador social que debe pelear por sus reivindicaciones salariales y tratar de impartir educación en medio de una marcada escasez de recursos.
Pero, a pesar de esta crisis en el sector educativo, cada 15 de enero, seguimos celebrando el “Día del Maestro”, como una manera de rendirle un justo y merecido homenaje a quienes dan lo mejor de sí para enseñar a nuestros hijos y prepararlos académicamente.
Durante el gobierno de Eleazar López Contreras entre 1935 y 1941, la situación educativa y cultural de Venezuela comienza a cambiar y mejorar sustanciamente. Se crea el Instituto Pedagógico Nacional, se funda la primera Escuela Nacional Rural y se dicta la nueva Ley de Educación.
LaVoz | Edda Pujadas