El excandidato presidencial señaló que es necesaria una transición política «como imperativo moral y ético»
El excandidato presidencial, Diego Arria, rechazó «el secuestro de los poderes públicos» en el país y mencionó la necesidad de una transición para rescatar al país de «la enajenación política a la que está sometido», toda vez que las grandes decisiones, que afectan a los casi treinta millones de venezolanos, dijo, se toman en La Habana. «Chávez no es el problema. Ya él no está», indica, para luego completar «nuestro problema es su legado de sumisión, miseria y entrega a otro país».
«Debo decir por más que suene duro y pedante: Yo se los dije», dijo.
«Les dije que era necesaria una transición difícil, con el país tomado por los cubanos, sometida al hampa, con finanzas comprometidas, con varios unas fuerzas armadas con varios de sus miembros incursos en delitos de narcotráfico, sin instituciones por la inexistente separación de poderes. Les dije también que era necesaria una transición para eso. El punto es que ese mensaje quedó pálido al lado de lo que vivimos», indicó Arria.
«No se trata ya de una transición como opción política. Es necesaria una transición como imperativo moral, ético, jurídico y político. Hoy ya no tenemos República», sentenció.
«Esta semana los venezolanos fueron nuevamente objeto de burla. Se les ha dicho que el Estado de Derecho, la democracia y la independencia no importan. Eso es lo que han escuchado los venezolanos. Se les ha anestesiado nuevamente, y con ello les han conculcado más su futuro. Según esta peregrina idea, lo que importa es la «paz» y la solución de los «verdaderos problemas»: agua, luz, vialidad, etcétera», enumeró en crítica abierta a la dirigencia que opta por la cohabitación con el régimen, señala una nota de prensa.