En la Comunidad Terapéutica Socialista Cacique Caracara, de la Misión Negra Hipólita, ubicada en San Bernardino, Caracas, comenzará la construcción de un taller de socio producción donde proyectan poner en funcionamiento para mediados de año una panadería y un centro de talabartería.
Así lo informó Francis Martínez, directora de dicha comunidad, la cual fue inaugurada el 19 de septiembre de 2012 y actualmente atiende a 24 caballeros con edades comprendidas entre 18 y 59 años, dos de ellos con discapacidad, uno visual y otro motora.
En un recorrido por esa comunidad, ubicada en una amplia y aireada quinta de tres pisos, Martínez mostró un área terapéutica con tres consultorios -para Trabajo Social, Psicología y Psiquiatría-, una sala de desintoxicación, comedor que también cumple funciones de área de usos múltiples, cocina, depósito, recepción, tres salones para habitaciones, baños, duchas y cuarto de monitores que mediante circuito cerrado le brinda seguridad al centro.
Explicó que tratan a los ciudadanos en atención mediante un encuadre terapéutico que comienza a las 6:00 de la mañana con la levantada y el ajuste personal; luego prosigue la actividad llamada lectura de las noticias y el desayuno, para después ejecutar las tareas terapéuticas -trabajo social, psiciología o terapia ocupacional.
Destacó que tienen las misiones educativas Robinson -primaria- y Ribas -bachillerato- y en horas de la tarde los ciudadanos pueden participar en actividades deportivas o recreativas, «la idea es que estos compañeros fomenten sus habilidades».
Siembra para la vida
El trabajo socioproductivo no está olvidado en esta comunidad. En las áreas verdes que están en la parte de atrás de la casa hay una pequeña siembra de cebollín, ají, pimentón y plantas medicinales que llevan los ciudadanos para el consumo interno. Manuel Antonio Chirinos, de 53 años, es considerado como el maestro de esta cosecha, labor a la que más le dedica tiempo, pues la considera una excelente herramienta terapéutica y que alarga la vida.
Él es uno de los primeros caballeros que llegó a la comunidad hace cuatro meses. Cuenta que siempre le ha gustado sembrar para su sustento; también trabajó en el Mercado de Coche y ejerció la economía informal con la venta de galletas.
«Soy de Coro, estado Falcón, pero me vine a Caracas hace mucho tiempo; vivía en una habitación y me entregué al vicio del aguardiente y el cigarrillo. No lo podía soltar y estuve un mes viviendo en la calle hasta que llegué a la Misión (Negra Hipólita), donde ahora me estoy desintoxicando, pero me están saliendo enfermedades que me dejó el vicio».
Sus dolencias y luchas terapéuticas no amilanan a este señor, quien cuenta que lo que más desea es reencontrarse con sus nueve hermanos que están en Coro, «ellos me quieren a mí y no los veo desde hace 18 años».
AVN / LV