Según los habitantes de la avenida Sorocaima, desde que fue tomado arbitrariamente un edificio ubicado en la zona por un grupo de personas, hace tres años, los índices delictivos han aumentado “considerablemente”. A ello se le suma la ausencia de efectivos policiales en el lugar
Desde que un grupo de personas invadió el edificio Los Andes, ubicado en la Av. Sorocaima de la parroquia San Bernardino del municipio Libertador, con la excusa de no tener donde vivir, las vecinos del lugar permanecen atemorizados ya que aseguran que desde que se produjo la toma ilegal la zona se ha convertido en un foco de violencia e inseguridad.
Cuenta una vecina quien prefirió reservar su identidad, que el grupo de invasores “resultó ser una banda de delincuentes, que se ensañan y arremeten contra la ciudadanía a cualquier hora del día”, pues los propios residentes cercanos temen de pasar por el lugar por no arriesgarse a ser robados.
“Los tomistas hace semanas atrás forzaron la reja de una de las ventanas y rompieron la pared de uno de los apartamentos y le extrajeron las pertenencias al propietario, no conformes con desvalijar el inmueble, metieron a unos los niños con la intención de quedarse allí, desde entonces se dedican a robar carros y motos, asó como a la venta de estupefacientes, secuestro express entre otros hechos ilícitos”, denunció.
Asimismo resaltó que aunque se encuentran inquilinos habitando en el lugar, muchos abandonaron sus residencias al verse conviviendo con sus nuevos vecinos que además de violar las normas, al escuchar música a todo volumen y hacer fiestas hasta el amanecer, cometen sus fechorías y se esconden dentro de la residencia.
“No respetan
a los ancianos”
Otra vecina de la comunidad, Rebeca Senia, narró que estas personas “no sólo son invasores de oficio, también son delincuentes del mal vivir que utilizan la estructura como guarida. Hace poco tiempo un hombre de 80 años transitaba por el lugar con dos bolsas de comida y fue sorprendido por dos maleantes, recibió golpes en el rostro y en varias partes de su cuerpo, incluso, fue amenazado de muerte si intentaba denunciarlos”, narró.
Otro caso similar le sucedió a un comerciante que se encontraba bajando la santamaría de su negocio ubicado a pocas cuadras del mencionado edificio, cuando de repente lo apuntaron y lo obligaron a que abriera nuevamente el local para así cometer el robo.
“Ese día pensé que me matarían aunque accedí a sus exigencias cuando lograron quitarme todo el efectivo que había obtenido ese día, pude alcanzar a ver que después que los delincuentes lograron su cometido se fueron de lugar velozmente e iban en dirección hacía la estructura fue allí cuando confirmé mis sospecha”, lamentó el hombre.
Señala Senia que pese a las incesantes denuncias no han sido atendidas por ninguna autoridad del Gobierno, relató que en una oportunidad un grupo de habitantes trato de aplacar la situación llamando al diálogo, pero la respuesta fue negativa.
“El hecho de que estas personas no tengan casa propia no les da derecho de violar la propiedad privada, estamos cansados de que los delincuentes disfrazados de damnificados sigan controlando nuestra parroquia”, se quejó.
Proyecto comunal
Según miembros de la voceria comunal el edificio Los Andes ubicado en la Av. Sorocaima, el la estructura iba ser derribada para luego a través del poder popular obtener los recursos para la construcción de un parque para la comunidad.
Sin embargo, tras la toma de la edificación el proyecto fue rechazado por Fundacomunal, ente que postergó el plan de recuperación hasta que la Misiñon Vivienda les conceda a los supuestos invasores un techo propio.
Aseguró que a pesar que estas personas estaban al tanto de la futura obra que se tenía planeada, aprovecharon de ingresar y dañar algunas puertas y rejas para hacer creer que el edificio estaba en estado de abandono. “No es justo que se hayan valido de la situación para convertir el edificio en una cueva de delincuentes”, respondió una vecina.
Alumbrado público
La falta del alumbrado público en la Sorocaima, de San Bernardino es otro problema que aqueja a los vecinos. Así lo informó Carlos Julio Rojas y Juan Carlos Bermúdez dirigentes vecinales quienes explicaron que la ausencia de luz en la zona vulnera la seguridad de los habitantes y comerciantes que hacen vida en este lugar.
Y es que, tal situación empeoró por la poca presencia policial y desidia gubernamental en resolver el problema de invasión que permanece desde hace tres años “perjudicado” a la comunidad.
Mairy Chourio
mchourio@diariolavoz.net
@mairychourio