El pasado 4 de enero el cursante de la Unexpo a quien solo le faltaban pasantías para graduarse, fue encontrado muerto en Caucagua
En información enviada a esta redacción, amigos de Carlos Alfredo Alvarez, así como compañeros de la Escuela Naval Anzoátegui y Unexpo donde estaba por graduarse como ingeniero en Sistemas, desmienten que él fuera taxista y dedicado al transporte de malandros, por lo que repudian la forma como le quitaron la vida el pasado viernes 4 de enero.
Según señalan en la información, Carlos Alfredo Álvarez Cova, de 22 años es un joven venezolano más cuyos sueños se ven apagados de manera abrupta, “y aún nadie de manera seria, hace algo para que estos hechos dejen de ocurrir. Nosotros amigos de la infancia, de juegos, estudios, queremos que Venezuela conozca el dolor de perder un hermano de corazón una persona sana, que al igual que nosotros, creyó en un futuro en este país que queremos”.
“Somos no decenas, sino cientos de amigos de Carlos Alfredo, quienes reclamamos que su muerte no se quede impune, porque desmentimos categóricamente que se trate de una persona dedicada a trabajar en taxi o que trasladara a personas del mal vivir de manera constante, eso es una irresponsable mentira”, señalaron.
“Carlos Alfredo, nació en Río Chico, y nos criamos con él, con sus tres hermanos, en los patios de nuestras casas maternas, compartimos momentos gratos en la plaza de Río Chico, en el parque, iglesia, así como en el deporte. Carlos fue un alumno ejemplar graduado en la Escuela Naval General de División José Antonio Anzoátegui, y de inmediato ingresó a la Unexpo, donde siguió la carrera de ingeniería, y solo le faltaba su pasantía para graduarse como Ingeniero en Sistemas”.
Asimismo, señalan, que era un deportista nato, dedicado al futbolito y representó a su equipo de la Prolongación Carabobo de Río Chico, “celebrando el pasado año el campeonato junto a nosotros, su madre y su padre, quienes lo apoyaron en todo, y a quien le habían asignado el carro donde lamentablemente fue la última vez que lo pudimos ver con vida, cuando a vista de muchos se lo llevaron para acabar de la manera más horrenda con su vida”.
Versión de los hechos
De acuerdo a las versiones de sus amigos, Carlos se encontraba en la playa con su padre cuando recibió una llamada de un amigo que estudió con él en la infancia, pidiéndole que lo auxiliara en un problema ya que necesitaba trasladarse a San José.
“Ël le˛ indicó que se encontraba con su familia, pero ante la insistencia del amigos accede, por lo que deja a su familia y va a su casa a buscar su auto, un vehículo Ford Fiesta del 2002, placa GBU32W. Ante esta circunstancia, nosotros sus amigos manifestamos nuestra preocupación por lo extraño del caso, y acordamos con Carlos Alfredo, de llamarlo cada 10 minutos para saber de él.
La última vez que logran comunicarse, según la información dada a este medio, él les dice algo que los sorprende “ya los deje estoy en Caucagua, voy de regreso”.
“Pasó el tiempo y debido a que no regresó como él anunció, empieza la búsqueda del amigo, desesperados junto a la familia acudimos a todas las autoridades, pero una llamada, aparentemente del propio teléfono celular de Carlos Alfredo, indica de manera macabra que busque a su hijo en un tramo en específico de Caucagua, donde con horror lo encuentran en ropa interior, amarrado y con un disparo en la frente con lo que le segaron la vida”.
“Nosotros jóvenes igual que él, vemos como quienes viven del lado del horror toman la justicia en sus manos y aplican una ‘pena de muerte’ sobre gente inocente, están mejor armados, y contra ellos la justicia no es posible de aplicar, por eso exigimos a los legisladores que se analice desde el seno de las leyes, como se debe pagar el cegar una vida inocente, y no solo una sino cientos de vidas que mueren a diario en Venezuela producto de la inseguridad”,
“Exigimos que se haga justicia por este ruin asesinato, donde unos sujetos no le quitaron la vida a un hijo, aæ una madre, sino le quitaron a muchas madres un hijo, y a nosotros un hermano y amigo”.
Escuela Naval lo
despide con honores
Asimismo, se conoció que el domingo 6 de enero, durante su sepelio, en la localidad de Río Chico, Carlos Alfredo fue despedido con honores por sus compañeros al estilo de la Escuela Naval, quienes a paso de marcha hicieron referencia en los sitios que frecuentaba, como su casa. Igualmente fue acompañado por sus compañeros de la infancia, y homenajeado por deportistas de todos lares quienes lo invitaron a seguir con ellos en el deporte y sus corazones.
Martín Lobatón M.
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