La asociación civil Transparencia Venezuela presentó un estudio sobre la Misión Vivienda Venezuela en el que concluyen que existen debilidades en la información pública dada por las autoridades sobre la ejecución de las obras, el proceso de selección de beneficiarios, la adjudicación de los inmuebles entre otros, lo que conlleva a «graves riesgos» en materia de corrupción
El presupuesto invertido en la Misión Vivienda Venezuela, desde su creación en 2011, es de 13.743 millones de dólares, convirtiéndose así en el programa social con mayor recursos en el país. En su inicio el objetivo era proporcionar una casa digna a familias damnificadas, luego se expandió como una solución al déficit habitacional en el país con una data de más de 3 millones 789 mil inscritos. Para Transparencia Venezuela, hasta el mas mínimo detalle de un proyecto de tal envergadura debe ser de conocimiento público, sin embargo de acuerdo a un estudio elaborado por la organización, éste posee la más baja calificación en niveles de transparencia al compararlo con programas similares en diversos países de Latinoamérica entré ellos Brasil, Perú y Guatemala. De acuerdo a la información oficial hasta diciembre 2012, el Estado había entregado 346.798 viviendas, pero a la fecha no se han publicado los datos de los beneficiarios tales como nombre, cédula, dirección de la vivienda asignada y transferida y condiciones de la asignación. Mercedes De Freitas, presidenta de la dijo que tal información que permite la verificación y contraloría. En este sentido, señaló que no existen evidencias claras de que el Gobierno haya construido tal cantidad mientras recordó que tras dos años de su inicio aún hay damnificados habitando en refugios. Destacó la poca información que se conoce y lo difícil que es poder acceder a ella lo cual según afirmó representa “un grave riesgo de corrupción”, como resultado de la falta de control a recursos numerosos como los asignados para la misión bandera del Ejecutivo Nacional.
Criterios de selección
Uno de los puntos que más llama la atención en la evaluación hecha por Transparencia Venezuela son los procesos de selección de beneficiarios. De Freitas afirmó que existe una gran dispersión del público que recibe la ayuda lo cual dificulta la identificación de grupos con necesidades extremas a los cuales debe dárseles prioridad en estos programas. Explicó que inicialmente el programa surgió para atender las necesidades de vivienda de los afectados por la lluvias de 2010 y 2011 que sumaban 131.063 personas, sin embargo este foco se amplió incluyendo a personas con ingresos mensuales inferiores a uno y dos salarios mínimos que no poseyeran vivienda propia y en septiembre 2012 se amplió a la “clase media”, es decir aquellos grupos familiares con ingresos de hasta a cinco salarios mínimos. “Esto cambió el objetivo original del programa social, elevando de un poco más de 131 mil personas a más de 3 millones de familias para otorgarles el beneficio. Cada uno de estos grupos tiene necesidades, perfiles y situaciones distintas, que requieren distintas aproximaciones y diferentes políticas públicas”, reza el texto. Agregó que ello resulta “preocupante” porque al no haber de conocimiento público existe la posibilidad de que se asignen viviendas a personas que no cumplen con los requisitos del programa. “No hay información que permita conocer ¿cómo se seleccionaron a las más de tres millones de familias inscritas?, ¿cuáles fueron los criterios de priorización?”, preguntó.
Alcance impreciso
La Misión Vivienda otorga beneficios en diferentes modalidades el principal es la entrega de viviendas nuevas, pero también se encarga de otorgar materiales para la mejora de las casas, la sustitución de ranchos por viviendas (SUVI), y la entrega de créditos para adquisición en el mercado secundario. Transparencia Venezuela señala que el alcance de la ayuda no es precisa. Tal es el caso de los que reciben subsidio para la adquisición de un inmueble a través de créditos, a los cuales se les ofrece descuento del 100%, 80% y 60% en el precio de la vivienda dependiendo del ingreso familiar. De Freitas reiteró que “no se sabe cuántas familias de las incluidas en el Registro Nacional de Viviendas, aplican para cada descuento. Otra duda que surge en este proceso, es acerca del criterio de prioridad que pesa sobre cada grupo de atención ¿A quiénes se les otorga casa primero?. No pudimos conseguir criterios de priorización, que deberían ser públicos”. Entre tanto, apuntó que se desconocen detalles como las condiciones de contratación a las empresas tanto nacionales como internacionales encargadas de la construcción de las viviendas. “Esto puede traer como consecuencia sobornos y extorsiones en la asignación de los contratos”, dijo.
Misión propagandística
Transparencia Venezuela estima que la Misión Vivienda, fue usada por el Gobierno “como un arma político electoral”. Mercedes De Freitas indicó que ellos se evidencia en el incremento en la transmisión de propagandas de televisión durante la campaña electoral. “Tampoco sabemos cuánto dinero se invirtió en toda esa publicidad”, sentenció la activista. Asimismo agregó que en la investigación de campo realizada por los integrantes de la organización se evidenció que en la mayoría de los inmuebles adjudicados las personas tenían colgados afiches alusivos Presidente Chávez y al Partido socialista Unido de Venezuela (PSUV). “Al no saber los criterios de selección de beneficiarios, se pudiera pensar que las familias necesitadas deben pertenecer a una tolda política especifica para poder recibir la ayuda”, manifestó.
Falta de contraloría
Mercedes De Freitas destacó que el presupuesto de la Misión Vivienda es equivalente al presupuesto nacional de Guatemala, agregó que un programa de tal magnitud requiere de una estructura de gestión clara y firme “Aún así, la Contraloría General de la República, en su memoria y cuenta del año 2011, no menciona ni una sola vez a la Misión Vivienda”, dijo al tiempo que agregó que los ciudadanos tampoco lo pueden hacer ya que “sin acceso a la información sabemos que no se puede hacer contraloría social”.
Nelyabith Bello / nbello@diariolavoz.net / @nelyabithbello