La inteligencia animal, a diferencia de la humana, se mide por su capacidad de supervivencia y adaptación al entorno
El gato cumple excelentemente cinco formas de inteligencia. Con ejemplos queda más claro:
1- Inteligencia visual-espacial del gato: los gatos tienen una capacidad excelente de exploración de territorios grandes.
2- Inteligencia corporal cinética del gato: los gatos conocen la mecánica de su cuerpo y la utilizan perfectamente.
3- Inteligencia naturalista del gato: los gatos escogen el lugar en el que vivir en función de lo seguro que sea y la productividad.
4- Inteligencia interpersonal del gato: ¿los has visto cazar? Predicen la conducta de su presa
5- Inteligencia intrapersonal del gato: tienen mejor comprensión de la higiene personal que muchas personas.
En estos 5 aspectos, los gatos son más inteligentes que muchos humanos y otras especies animales.
Y con el desarrollo de estas inteligencias, los gatos tienen suficiente para sobrevivir, que es lo que les realmente interesa.
¿Se puede adiestrar a un gato?
Sí, lo hacen algunos profesionales y lo puedes hacer tú. Existen miles de casos de gatos que abren puertas. Los nuestros tienen tal obsesión por meterse en un hueco que hay bajo la cocina que se las ingenian para apartar el hierro que lo tapa.
Hay gatos que dan la patita, otros gatos van a buscar su juguete y lo traen de vuelta al dueño, incluso hay gatos que juegan a desenmascarar al trilero con la misma suerte que podría tener yo.
Lo que ocurre es que el gato suele ser un animal independiente que no tiene una concepción de jerarquía marcada (tú eres mi dueño, yo te obedezco).
Son animales curiosos que les gusta explorar y disfrutar, y si el juego que les propones les aburre no participarán.
Y si le das un premio al gato pero la prueba es difícil, no se la juega, porque sabe que “no te necesita” para conseguir comida y podría sobrevivir por sí mismo si se diera la necesidad.
¿Los gatos son más inteligentes que los perros?
Esta pregunta es del estilo: ¿a quién quieres más, a mamá o a papá? Pero parece que siempre que se habla de la inteligencia del gato, aparece la comparación con el perro.
Este tema tiene mucha miga, pero en general diríamos que no se puede comparar. Genéticamente son animales distintos y el perro, a diferencia del gato, sí tiene una estructura jerárquica que le fuerza a querer complacer siempre a su dueño.
No todos los gatos son igual de inteligentes, pero tienen factores en común que permiten afirmar que existe una inteligencia gatuna.