El motivo de incrementar la iluminación, según los habitantes del sector mirandino, es vigilar el área y así darle más tranquilidad a los transeúntes, porque en la calle principal ya se han suscitado robos y atracos por la oscuridad
Los Teques. Los vecinos de la urbanización Simón Bolívar se quejan por la poca iluminación que tiene el sitio. A juicio de la vecina María Auxiliadora Rodríguez, desde hace dos años los habitantes están solicitando la incorporación de más postes de alumbrado o bombillos de mayor intensidad en los dispositivos.
El motivo de incrementar la iluminación, según la lugareña, es vigilar más el área y así darle más tranquilidad a los transeúntes “En la calle principal se han suscitado robos y atracos. No hay vigilancia policial en la urbanización”.
De igual forma, comentó que el parque infantil que se encuentra en el bloque 1 tampoco tiene luz. “Además de que está descuidado, los niños y los propietarios no pueden sentarse un rato a agarrar aire de noche debido a la oscuridad”.
Instó a la empresa Corpoelec a que se ocupe de “regresarle la luz al parque”. El principal inconveniente que tienen los residentes es la inseguridad. Por esta razón los vecinos están desesperados porque incrementen la iluminación.
Áreas comunes descuidadas
Los espacios comunes de los bloques se encuentran actualmente abandonados y hasta con restos de basura. Narran los residentes que por ahora no se le ha hecho mantenimiento a la grama. Según la opinión de los habitantes, es necesario ponerle mas atención al tema de la jardinería ya que está casi destruida.
El vecino Ricardo Hurtado señaló que los lugareños deben colaborar para mantener limpias las áreas. “Por ejemplo, las personas deben evitar pasear a su perros por la grama. Eso deteriora aún más las plantas”.
Igualmente, dijo que los copropietarios de los edificios están en el deber de evitar el arrojo de desechos sólidos en los espacios verdes de los bloques.
“Es difícil mantener limpias las áreas comunes porque hay vecinos que son cochinos. Se la pasan lanzando sus asquerosidades por las ventanas.
Tiran botellas, latas, pañales, toallas sanitarias y afeitadoras. Me imagino cómo tienen el interior de sus viviendas”, dijo Hurtado.
Manifestó que las personas que ensucian la planta baja de los edificios deberían ser sancionadas “para ver si de esta manera aprenden a mantener pulcros los alrededores de los conjuntos habitacionales.
Da pena que las personas que vienen de afuera vean el estado en que se encuentra la Simón Bolívar. Si queremos tener todo esto aseado debemos colaborar entre todos y no quedarnos con los brazos cruzados”.
Caminerías dañadas
Las personas entrevistadas dan fe de que diversas escaleras de la comunidad guaicaipureña requieren de mantenimiento porque están rotas.
De igual forma, cuando llueve el sector se vuelven una “guillotina” por lo resbalosas que son. Ricardo Hurtado dijo que al llover el agua que cae por los caminos de cemento convierte la estructura en una pista de patinaje.
“La gente tiene que mirar muy bien por donde camina para evitar resbalarse”, dijo al señalar que las barandas de las caminerías se hallan oxidadas y las personas no pueden agarrarse de ellas.
Construcción de muros
Actualmente varios bloques de la urbanización están siendo beneficiados con la construcción de muros (fachadas). Brigida Herrera, integrante del consejo comunal Bloque 1, informó que el levantamiento de las estructuras es posible gracias al aporte del Consejo Federal de Gobierno.
Eduardo Lugo
@eduardooasis