Los extremistas provenían de seis países y estaban armados para causar máxima destrucción en la planta de Ain Amenas, en la que habían colocado minas explosivas, dijo el ministro de Comunicaciones, Mohamed Said
ARGEL. La cifra de muertos tras una sangrienta incursión terrorista en una planta de gas natural en el Sahara se elevó el domingo a cuando menos 81 debido al hallazgo de decenas de cadáveres más por parte de las fuerzas argelinas que buscan bombas en el lugar, dijeron las autoridades.
Muchos de los cuerpos están desfigurados y por lo mismo es difícil identificarlos de inmediato, según un funcionario del estamento de seguridad.
El sábado, fuerzas especiales argelinas tomaron por asalto la instalación para poner fin a una crisis que se extendió por cuatro días en esta refinería ubicada en una remota zona desértica. El gobierno dijo inicialmente que 32 extremistas y 23 rehenes habían perdido la vida y que era previsible un aumento en el número de muertos.
Los extremistas provenían de seis países y estaban armados para causar máxima destrucción en la refinería de Ain Amenas, en la que habían colocado minas explosivas, dijo el ministro de Comunicaciones, Mohamed Said.
La instalación es administrada conjuntamente por la empresa petrolera estatal argelina Sonatrach, la BP británica y la Statoil de Noruega.
«(Los extremistas) habían decidido completar la operación como la habían planeado: volar todo el complejo y matar a todos los rehenes», afirmó el ministro en entrevista con la radio estatal.
Ante los pocos detalles que surgían del apartado lugar en el oriente de Argelia, tampoco estaba claro si alguien fue rescatado finalmente en la operación militar, pero la cifra de rehenes muertos el sábado —siete— es la que los extremistas habían dicho esa mañana que aún tenían en su poder.
Los 25 cadáveres que hallaron el domingo los escuadrones de artificieros estaban tan desfigurados que era difícil distinguir sin eran de rehenes o agresores, dijo el funcionario de seguridad, que solicitó el anonimato debido a lo delicado de la situación. Aclaró que esa cifra de muertos no era oficial todavía.
Los escuadrones de artificieros hacían estallar explosivos para volar las minas que fueron sembradas en la vasta instalación ubicada en el desierto del Sahara, a no mucha distancia de la frontera con Libia.
Además de los cadáveres encontrados el domingo en la refinería, la muerte de un rumano herido tras su rescate y repatriación elevó la cifra de muertos a cuando menos 81.
La Brigada Enmascarada, fundada por el extremista argelino Moktar Belmoktar, se responsabilizó del ataque a la refinería.
Belmoktar asumió la responsabilidad de esta acción en nombre de al-Qaida, según el texto de un video obtenido y difundido por el portal de internet Sahara Media, con sede en Mauritania. El sitio a veces difunde mensajes de extremistas de la Yihad.
«Nosotros en al-Qaida somos los responsables de esta operación que bendecimos», dijo Sahara Media, que citó el contenido del video, que tenía fecha del 17 de enero, un día después del inicio del ataque contra la refinería.
Belmoktar creó recientemente su propio grupo en un cisma con sus asociados de al-Qaida en el Magreb Islámico. Sin embargo, el contenido de su declaración parece mostrar su vínculo con la organización terrorista básica, al-Qaida, y estampó la marca de la yihad global mediante la actuación de una unidad especial de comandos llamada «Aquellos que firman con sangre».
AP